Medio: Jornada
Fecha de la publicación: domingo 03 de diciembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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Todas las candidaturas han sido escogidas por la Asamblea Legislativa en un proceso de selección en el que no participó la oposición, y mereció críticas de diversas instituciones, de juristas, colegios de profesionales y entidades relacionadas al derecho. Llegarán 92 delegados internacionales para observar el proceso electoral.
El pueblo boliviano ha demostrado siempre madurez democrática cuando ha sido convocado a las urnas, pero muchas veces se ha dejado llevar por las consignas. Hoy más que nunca, debe ser el voto consciente el que refleje la voluntad popular. Cada ciudadano tiene que ser un defensor del derecho a ejercer con plenitud su libertad de decidir, y con su voto determinar lo que puede ser el futuro. Y es que en estos momentos, más que en otras oportunidades, está en juego algo mucho más importante que los cargos judiciales.
La esperanza en mejores días en libertad para más de doce millones de ciudadanos tiene que ser defendida democráticamente en las urnas y definida de una manera responsable, razonada y certera. El ciudadano tiene que tener la capacidad de proyectarse al futuro y comprender que con su voto, influirá también en la calidad de la vida política de los bolivianos. La justicia en este momento ha quedado al margen de la ley, la mayoría de sus miembros ha demostrado que no reunía condiciones para una responsabilidad tan grande. Ese antecedente tiene que servir de orientación para que el ciudadano decida, si quiere que se frene la impunidad, la corrupción, la injusticia, y que rija a plenitud el estado de derecho.
Es mucho lo que se juega Bolivia este domingo. El voto que los electores depositen este domingo debe que ser meditado en función de los intereses nacionales y del destino del país, de manera que de las urnas surja un mensaje claro, vigoroso para un verdadero cambio.
La esperanza en mejores días para los ciudadanos tiene que ser defendida democráticamente en las urnas y la única manera de hacerlo es concurriendo a cumplir con el deber ciudadano de votar en forma consciente, meditada por quien sea merecedor de confianza. El ciudadano tiene que tener la capacidad de proyectarse al futuro y comprender que con su voto, influirá también en la forma de vida de todos los bolivianos y en la vigencia de sus derechos y libertades.
La decisión que surja de las urnas en este momento determinará la vigencia de los derechos y garantías de las personas y el futuro de la vida política, social y económica de cada uno de los bolivianos. El presente y el futuro dependen ahora de la voluntad ciudadana, y de la determinación responsable que adopten los electores. Ningún boliviano debe permitir que decidan por él, y tiene que ser en las urnas donde se refleje su voluntad.