El vicepresidente obvió cualquier tipo de argumentación jurídica para dar por hecho que el TCP eliminará los artículos de la Ley Electoral que limitan los mandatos a dos consecutivos y considera en conflicto con la Convención Interamericana de Derechos Humanos, el pacto de San José, a los artículos de la Constitución que disponen exactamente lo mismo, y que por lo tanto, se permitirá un nuevo intento para buscar un cuarto mandato al hilo.
El vicepresidente optó por convocar directamente a organizar la campaña electoral. “Nuestro presidente Evo por su derecho constitucional nuevamente va a pedir el voto de la gente y la gente nuevamente le va a dar su voto, con su conciencia con su corazón. No hay que estar preocupados, hay que ir preparando la campaña para el 2019 - refirió - Hay que entrar en campaña, sacrificadamente, ir a las casas, a las comunidades. Si alguna persona se ha dado la vuelta, hay que ir a convencerlo”.
García Linera hablaba a una población humilde, pero sabía el mensaje que quería colocar. “Evo Morales representa a los pobres, defiende a las mujeres abandonadas, a los abuelos y a los niños necesitados. Por eso nuestro presidente siempre va a ser mayoría”, puntualizó.
Hasta el referéndum de 2016, la imagen del presidente Evo Morales siempre había sido muy superior a la del Movimiento Al Socialismo hasta el punto de no afectarle en su popularidad las faltas que a este podían encontrarse. Morales seguía siendo el presidente aymara que conquistó al mundo por su sencillez en 2005, algo de lo que da cuenta la hemeroteca de los medios internacionales, sin embargo, ese perfil empezó a mutar.
El affaire de Gabriela Zapata, más allá del culebrón del niño nunca nacido, mostró a un presidente gustoso de otros lujos y cercano a otros intereses poderosos, millonarios, que nadie quería tomar en cuenta. El referéndum, se perdió, pero hasta el momento el estigma no ha cicatrizado.
Zapata fue el colofón. En Tarija ya se habían desilusionado muchos al ver el escaso interés que el mandatario y su vicepresidente prestaban a las bases, quedando obnubilados sin embargo por otros lujos o caprichos. La lista de candidatos de 2014 y 2015 se llenó de fortunas.
En las últimas semanas no hay día tranquilo. Cuando no es el escándalo del Banco Unión, cuyas proporciones aún siguen siendo desconocidas, tal como los nombres de los cooperadores necesarios sin los que Juan Pari no se habría convertido en el desfalcador más famoso de Bolivia, son otros escándalos de corte personal tamizados con gestión pública de personas de su entorno: Un hijo de una candidata del Beni arrestado con droga en Brasil, otra hermana de una diputada ingresando en prisión por lo mismo, el hijo de la directora de Migración reclamado por delitos sexuales por la Interpol entrando en Bolivia, robos en Emapa, en el Ministerio de Defensa, etc, etc, etc solo en las últimas semanas, sin entrar a recordar otros episodios poco ortodoxos.
Morales es cada vez menos el presidente de los pobres y más el presidente de los amiguetes avivados que abrazaron el socialismo para hacerse ricos; o seguir siendo los más ricos. El Vicepresidente es seguramente la persona que mejor lo sabe.
El movimiento se demuestra andando, y por eso mismo, el presidente de los pobres debería hacer una profunda reflexión sobre su entorno y su destino. No es momento de poner cortinas al grito de ¡Elecciones 2019!, sino más bien de correrla, abrir las ventanas y ventilar muy bien la casa antes de tomar las decisiones.
Medio: El País
Fecha de la publicación: viernes 03 de noviembre de 2017
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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El vicepresidente llegó hasta Santa Rosa de Sara, en el departamento de Santa Cruz, para entregar 42 viviendas, pero el discurso no tardó en convertirse en una arenga a las bases poniendo el rumbo a la campaña de 2019, con casi dos años de anticipación. Hasta el momento nadie en el Movimiento Al Socialismo había sido tan directo a la hora de asegurar que Evo Morales será candidato, por aquello del debido respeto a la separación de poderes y al Tribunal Constitucional Plurinacional que, en la recta final de su mandato, tendrán que decidir sobre el tan delicado asunto.