Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 07 de diciembre de 2017
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Por una suerte de adivinación misteriosa se suele predecir un suceso histórico importante. Eso ocurrió con un cuento de Giovanna Rivero: “Pasó como un espíritu”, publicado hace como dos años y se halla incluido en Para comerte mejor (2016). “El líder que le abrió las puertas de Bolivia hacia el siglo XXI – comenta Paz Soldán – ha terminado encarnando las pulsiones más reaccionarias y retrógradas de nuestra historia”.
Esa conclusión se desprende del fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional que dio paso una cuarta postulación de Morales a la presidencia, no obstante que el 21 de febrero del año pasado el electorado reprobó la intención. “Lo de apelar a la declaración de Costa Rica –dice más adelante el autor de El delirio de Turing, obra ganadora del V premio nacional de novela. Alfaguara 2010– suena a un burdo chiste, tan vulgar que ese recurso solo usó el dictador Ortega en Nicaragua”.
Como se sabe, una sucesión de golpes de Estado caracterizó casi toda la historia política de Bolivia. No era una imagen digna la que se tenía de ella en el mundo; revelaba debilidad institucional y poca conciencia cívica en sus protagonistas. Con la reimplantación de la democracia en el último tiempo, se creía que se había superado. Pero he aquí que vuelve, no con el ruido de sables ni con tanques en las calles como antaño; ahora se recurre a otra estratagema más mañosa y más sutil, pero es golpe al fin; quizás el peor porque el Estado se hace así mismo, echando por la borda el sustento legal donde se asentaba.
La sombría predicción de la escritora cruceña parece cumplirse: “El líder y la revolución se sostienen durante mucho tiempo, pero están podridos por dentro”, afirma en el texto de la narración. Ciertamente, se ha visto en el decenio transcurrido una fachada ornada de discursos demagógicos y el asedio constante de zalamerías interesadas. No era eso lo que se esperaba con tanta esperanza. “El sueño, la utopía que Evo y su proceso de cambio representaron para muchos, se terminó hace rato, y ahora sólo queda administrar el fracaso”, acota Paz Soldán.
Esos “muchos” a que alude el escritor cochabambino, ¡quiénes son? Diríase que es esa generación que observó con asombro cómo se vino abajo la espléndida torre de naipes. Ambos escritores bordean los 45 años, y están atravesando por la etapa de su mejor producción. Son personalidades representativas. Su desilusión y su tristeza, sea en la expresión metafórica o directamente, es la generación que habla. Es preciso escucharle.
El autor es escritor, presidente del PEN filial Cochabamba