Medio: La Patria
Fecha de la publicación: martes 13 de noviembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En su mayoría la gente también es conservadora, por permitir idolatrar a los mismos líderes, a título de cambio, están ingresando al fundamentalismo político, autoritario y en peligro de caer en una dictadura individualista. Los militantes de los diferentes partidos políticos, tanto de la oposición, como del oficialismo, ya están entrando en campaña electoral, seguramente cambiarán de tono en el lenguaje de comunicación, serán más amables, educados, para conseguir votos de los ciudadanos, de la gente, ofreciendo cosas inalcanzables, luchar contra la corrupción, inseguridad ciudadana, contrabando, narcotráfico, el patriarcado, ofreciendo trabajo para la gente desocupada y cuando lleguen al gobierno, actuarán con mucha arrogancia y con intereses particulares de los grupos de poder.
No se puede desmerecer a todos los líderes que han pasado por el palacio quemado, con muchos éxitos y fracasos, representando a una época distinta, ahora, si quieren continuar como autoridades, deben hacer lectura de la realidad social, cultural, económica, interpretar el siglo XXI, sobre los cambios fenomenales que se está dando, por los avances de la ciencia, tecnología, los nuevos problemas sociales, la violencia femenina, los cambios climáticos, comunicación, respeto a los derechos humanos y la libertad de expresión, propia de la democracia.
La mayoría de los partidos políticos, no pueden salir de la vida conservadora, dogmática, patriarcal, discriminadora, sin embargo, dicen dar oportunidad a la juventud, a la mujer, cuando están por bastante tiempo en el poder político, frustrando las aspiraciones de las nuevas generaciones. El prorroguismo, la soberbia, pueden ocasionar, autoritarismo, corrupción; la historia nos dice que la mayoría de los gobernantes que dirigieron la nave del Estado terminaron en ser dictadores. Es una necesidad la participación de la juventud, de la mujer, que no se debe dudar de su capacidad profesional y emocional. Porque a falta de nuevos líderes que no crearon los partidos políticos, están repitiendo a los mismos candidatos que ya gobernaron, buscando alianzas, unidad con los demás partidos, para llegar al poder político.
Actualmente los partidos políticos son propietarios, egoístas, autoritarios y no están dispuestos a renunciar sus intereses particulares, individualistas y eso no permite crear, estimular, nuevos líderes. Si tienen líderes son personalistas, verticalistas, donde el jefe manda, él, es la última palabra, el resto obedece, si alguien le contradice es castigado, perseguido, expulsado, no interesan los principios filosóficos de la organización política, lo ético no se discute, no acepta opiniones diferentes de los militantes, simpatizantes, continúa la herencia de la época feudal. Utilizando el discurso demagógico, para llegar a la gente pobre, desocupada, indígena, luchar contra el machismo, contra las injusticias, mostrándonos que viven de la política, haciendo negocios, propiciando el nepotismo, sectarismo. La clase obrera no ha renunciado a su lucha, también quieren gobernar el país a través a través de sus líderes sindicalistas. Hemos tenido buenos líderes sindicalistas, políticos, culturalistas, indigenistas, religiosos, pero también malos, traicionando los intereses del pueblo. La historia nos dice, las grandes revoluciones, sociales, económicas fueron hechas con el sacrificio y lucha de la juventud. Los buenos líderes son gente humilde, que no se alejan de sus bases, de su pueblo, fortaleciendo la democracia.
Para que haya buenos líderes, se hace necesaria su participación en diferentes actividades, debates, conflictos, solucionando diferentes problemas. Una de las virtudes de un buen líder es la humildad, sinceridad, honestidad, solidaridad, democrático, tolerante, que respete la diversidad de pensamiento, de servicio al prójimo, sacrificio por los demás, compartir el trabajo social y económico, diálogo permanente con el pueblo, respetando su voto, la CPE. La educación regular, superior, debe expresar la constante transformación de la ciencia, expresando la realidad en la que vive la gente, a través de la investigación, innovación del conocimiento, con el cual, se promocionarán nuevos líderes, para el desarrollo social, político, cultural y económico de nuestro país.