Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: martes 13 de noviembre de 2018
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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Nunca antes habíamos visto a una pretendida organización política asumir defensa a capa y espada de un ‘dirigente político’ corrupto, sobre todo cuando las evidencias que existen en su contra son demasiado elocuentes y saltan a la vista, más aún cuando el pretendido ‘dirigente’ asume la Alcaldía de Cochabamba con un registro de aproximadamente 17 causas judiciales en su contra, la mayoría de ellas en materia civil (deudas y otras), y un par de ellas más en materia penal, sumadas todas ellas a los antecedentes poco recomendables en materia de cumplimiento de obligaciones contractuales de parte del singular alcalde.
Ocurre que las causas judiciales en contra del alcalde (demócrata) suman y siguen: Mochilas 1, Mochilas 2, Desayuno Escolar, Cámaras de Seguridad, sin tomar en cuenta auditorías que se encuentran pendientes de informe final. Y sucede que con semejantes antecedentes el inefable alcalde demócrata se beneficia hasta ahora de detención domiciliaria, cuando por muchísimo menos varios alcaldes sindicados de corrupción en el país ya han visitado los recintos carcelarios respectivos. Entonces, uno reflexiona y concluye que ésa es la mejor muestra del estado deplorable en el que se encuentra la administración de justicia en Bolivia.
Pero aún, otro detalle más por destacar: el alcalde demócrata se encuentra cumpliendo detención domiciliaria en un inmueble de considerable precio en el mercado inmobiliario; entonces, cabe una interrogante: ¿cómo logró acceder tan pronto a un inmueble de esas características? Si, como se sabe, vivía abandonando departamentos por incumplimiento de contratos hasta antes de convertirse en alcalde. La respuesta a todas estas interrogantes que formulamos gira alrededor de un concepto: cinismo puro.
Cinismo que es enarbolado —aunque resulte sorprendente concebirlo— por toda una organización política que, no obstante de existir todos los antecedentes que se comentan y giran alrededor del caso Leyes, se atrevió a calificar al detenido domiciliariamente como un “mártir de la democracia”, declaración que al provenir de parte de su máximo dirigente, como lo es Rubén Costas, y al ser asumida la misma por la generalidad de la “militancia demócrata”, convierte de hecho y hace que los ‘Demócratas’ alcancen la cima de la corrupción en Bolivia.
Una de las consecuencias más funestas y lamentables de este emblemático caso de corrupción que comentamos las sufre, sin duda alguna, la Alcaldía de Cochabamba, paralizada y estancada en su desarrollo y crecimiento no sólo por los actos de corrupción en los que incurrió el Alcalde como tal, sino también por estar al presente manejada por gente improvisada, mediocre y servil, y que con sus acciones nos ha demostrado que ha concebido al municipio de Cochabamba cual si fuese un botín de guerra, al mejor estilo de la Cosa Nostra.
Semejantes muestras de inconducta, por decir lo menos, son vistas de soslayo por algunos medios de comunicación al servicio de los intereses económicos y políticos que hoy manejan y controlan la Alcaldía de Cochabamba.
Intereses que, si efectuamos una mirada completamente objetiva al accionar ‘demócrata’ en la Alcaldía de Cochabamba, son claramente delincuenciales, es decir, mafiosos. Pero esto poco importa a “algunos medios”, de ahí que la repulsa ciudadana en Cochabamba se encuentra en algún grado mediatizada, situación que es muy bien aprovechada por jueces venales que conceden beneficios procesales a quien no se los merece en ningún momento.