Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 10 de noviembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En efecto. El exvicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, exacompañante de Gonzalo Sánchez de Lozada, prófugo de la justicia boliviana por la masacre de octubre de 2003, dio algunas luces de lo que ocurrirá en la oposición en los siguientes días.
Cárdenas, que había sido propuesto por Unidad Cívica Solidaridad (UCS) como candidato a la presidencia, anticipó ayer a la red Unitel que en breve se materializará una alianza con Unidad Nacional (UN), del empresario y exministro Samuel Doria Medina, y con el Movimiento Demócrata Social (MDS), liderado por el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas.
“Estamos en la última fase, en lo que le llamo las consultas finales para decidir y constituir una propuesta opositora real, efectiva, integrada por UN, MDS y UCS, además de plataformas ciudadanas, movimientos sociales”, dijo.
Cárdenas comentó incluso que él sería el candidato a presidente y que “lo asumiría con el mayor gusto y placer, sé hacer eso. Si ésa es la decisión, la asumiré con agrado”.
A diferencia de lo que ocurrió con la propuesta del federalismo que enarbola el MDS y que lo distanció de sellar un pacto con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), que postula al expresidente Carlos Mesa, ésta no habría sido un impedimento para dar vida a esta “alternativa democrática partidaria”.
“No estamos preparados para el federalismo porque eso necesita condiciones, partidos políticos fuertes, conciencia nacional fuerte y otras condiciones que se deben debatir. Bolivia está preparada para la autonomía, lo hicimos con la Ley de Participación Popular, lo hicimos cuando fui parte de un gobierno y ahora el avance será la construcción de una Bolivia autonómica”, apuntó.
Anoticiado de estas tratativas, que deben materializarse en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el registro de las alianzas hasta este martes 13 de noviembre, el presidente Morales las ubicó en el pasado neoliberal de la historia reciente del país.
“Nosotros aquí como gobierno entregando obras, recibiendo más proyectos y la megacoalición está tratando de partirse pegas, asambleístas, (busca) cómo distribuirse en franja de seguridad senadores y diputados”, refirió Morales durante la recepción de 157 proyectos municipales para el programa MiAgua IV, en Potosí.
Dijo que a diferencia del pasado, cuando las coaliciones y alianzas se realizaban después de las elecciones, ahora con la Ley de Organizaciones Políticas éstas se las debe materializar antes de acudir a las urnas, esto por la proximidad de las primarias para elegir a los binomios presidenciales el 27 de enero de 2019.
“Estaba viendo informaciones por los medios de comunicación si el FRI acuerda con UN, si pueden ponerse de acuerdo con los Demócratas, pero ¿los Demócratas de dónde vienen?, del banzerismo; ¿el FRI, su candidato Carlos Mesa de dónde viene?, del gonismo, del MNR; ¿UN?, del mirismo, de Jaime Paz Zamora. Es la megacoalición de antes, ojalá pues que se pongan de acuerdo todos, porque nosotros también estamos unidos mediante los movimientos sociales. Nuevamente la historia se repite”, afirmó.
El denominativo de megacoalición fue acuñado en 1997, cuando el dictador Hugo Banzer (ADN), que apenas logró el 22,3% en las elecciones de ese año, tuvo que gestar una alianza con Condepa, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y la UCS para llegar a Palacio.
“Un exdictador cumplía su anhelo de llegar a la presidencia por la vía constitucional y lo hacía nada menos que con el respaldo del mayor pacto multipartidario formado desde el retorno a la democracia. Hay quienes ven en ello un acto de madurez de la clase política. Otros se limitaron a pronunciar la palabra náusea”, refiere José Luis Exeni en su libro Democracia (im)Pactada.