Medio: Opinión
Fecha de la publicación: jueves 02 de noviembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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Editorial
El próximo 3 de diciembre, cuando se realicen los comicios judiciales para elegir mediante el voto a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, del Tribunal Constitucional Plurinacional, del Tribunal Agroambiental y del Consejo de la Magistratura para los próximos cinco años, aparentemente será un momento para que la oposición mida su fuerza con el oficialismo, toda vez que ha decidido impulsar el voto nulo y blanco.
Hace poco, el Comité Ejecutivo Nacional del partido Demócratas determinó rechazar los comicios promoviendo el voto nulo y blanco. Para ello, muchos políticos y militantes de esta tienda política ya comienzan a utilizar sus muros de Facebook, con los mensajes “Mi voto es nulo”, “Anulemos nuestro voto” o simplemente “Nulo”.
Asimismo, en la misma red otros políticos de oposición también promueven el voto nulo, tal es el caso del senador Arturo Murillo o el jefe de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina.
Estos políticos cambiaron temporalmente el No a la posible repostulación de Evo Moralespor el voto nulo, toda vez que la campaña para hacer conocer a los electores a los 96 candidatos para las judiciales comienza tomar fuerza por la proximidad de las elecciones.
Según la oposición, la mayoría de los candidatos son personalidades ligadas al Movimiento Al Socialismo (MAS), porque supuestamente el partido oficialista utilizó su mayoría parlamentaria para seleccionar a su gente y de esta manera controlar no solo el Consejo de la Magistratura, sino también el Tribunal Agroambiental, el Constitucional y el de Justicia, versión que en reiteradas oportunidades ha sido rechazada por los masistas.
Pero, ¿qué gana la oposición promoviendo el voto nulo o blanco? Simplemente medir qué porcentaje de los 6.438.801 electores habilitados para sufragar el próximo 3 de diciembre rechaza los comicios y no reconoce a los ganadores o qué cantidad de ellos supuestamente está con la oposición para hacerle frente en próximas elecciones al partido de Gobierno.
Según las reglas para las elecciones judiciales, aprobadas por la sala plena del Tribunal Supremo Electoral, el ganador de esta contienda para cualquiera de los tres tribunales y el Consejo será el candidato que mayor cantidad de votos válidos obtenga.
El Tribunal Agroambiental, según la norma, estará conformado por cinco magistrados o magistradas titulares y cinco suplentes, divididos en dos salas de dos miembros cada una. El presidente o presidenta no formará parte de la Sala.
En el caso del Tribunal de Justicia, estará integrado por nueve magistrados o magistradas titulares que conformarán la Sala Plena y nueve suplentes. El Tribunal Constitucional Plurinacional, en tanto, estará organizado por cuatro salas por dos magistrados o magistradas, y presididas cada una por un presidente o presidenta.
Finalmente, el Consejo de la Magistratura estará integrado por tres consejeros o consejeras que conformarán la Sala Plena, y tendrán atribuciones para resolver y decidir todos los aspectos relacionados con los regímenes disciplinarios, de control, y de fiscalización.
En ese marco, el voto nulo o blanco poco o nada servirá para invalidar el triunfo de un determinado candidato. Sin embargo, los opositores creen que, si lo que promueven alcanza altos porcentajes, se podrá mostrar, no solo al país, sino al mundo entero, que los ganadores de los comicios judiciales no gozan de la legitimidad de la mayoría población boliviana votante.
Según un dirigente de Unidad Nacional, esto será un triunfo para los opositores porque, además, “se verá que Evo y el MAS no tienen el apoyo que antes gozaban, que en el tiempo se fueron debilitando y, por tanto, el MAS ya no es un partido fuerte”.
Con todo, la oposición está decidida a hacerle frente al MAS y aprovechar este nuevo escenario, así como lo ha hecho en anteriores comicios electorales.