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Medio: La Patria
Fecha de la publicación: viernes 02 de noviembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Se entiende a la democracia contemporánea como un modelo político administrativo basado en valores culturales, políticos y morales los cuales actúan conforme a principios de ética pública con miras a la configuración del buen gobierno, pensando en las virtudes cívicas que se les exige a las instituciones políticas de un país. Estas ideas implican una clara orientación a la responsabilidad en el actuar, sumado a la creciente demanda que surge desde la sociedad civil para el cumplimiento de lo planteado por los actores políticos, a tal efecto la transparencia demandada al gobierno es uno de los cambios sustanciales que se ha visto en las últimas décadas, la cual es coherente con un sistema de controles que surgen desde su interior y se refuerzan desde el exterior mediante una mayor participación de personas y organizaciones que interpelan a la administración pública en general y al sistema político como un todo.
La exigencia permanente por mayores niveles de transparencia ha ido generando una cultura de trabajo público que debe incorporar estos criterios frente a una ciudadanía interesada en la manera en que se hacen las cosas al igual que en los resultados obtenidos. Destacar a la democracia como la manera más extendida y aceptada para organizar la vida en sociedad no es un argumento nuevo, así lo establece su generalización como único sistema legítimo y forma normal de gobierno, al menos para buena parte del planeta. Es un hecho cierto que, en la práctica, la totalidad de los Estados contemporáneos se califican a sí mismos de democráticos y que afirman que el poder que ejercen deriva del pueblo. Se puede entender la democracia desde una perspectiva jurídico-formal, en la que funciona como un "sistema político que convierte la expresión de la voluntad popular en normas vinculantes para todos los sujetos políticos y para todos los poderes estatales". Desde dicha visión, la participación y, fundamentalmente, la comprensión de la discusión política por parte de la ciudadanía, se hacen evidentes. Esto tiene que ver con la capacidad inclusiva de la institucionalización política, la cual debe ser capaz de generar los espacios para el debate deliberativo de ideas entre las distintas organizaciones y ciudadanos que componen la sociedad.
En diversos grados de aceptación, los estados muestran procesos de democratización de los regímenes políticos que han logrado resolver la legalidad en su investidura como poder ejecutivo y la legitimidad en su actuar como gobierno. Esto se constata al señalar que la mayor parte de los países cuentan con sistemas democráticos. Se puede analizar y discutir sobre la profundidad de la democracia en cada país, pero al menos el ejercicio electoral está incorporado en la práctica habitual. Sin embargo, esta misma certeza motiva a indagar sobre otros elementos que en la actualidad son ineludibles para la democracia, como es su calidad y es desde esta perspectiva se analiza e interioriza su perspectiva de desarrollo. En este análisis de Administración estatal se integra otro concepto de relevancia politológica que se vincula con la democracia cual es la gobernabilidad, que unida al concepto de Estado y su importancia como institución que debe poner en práctica las distintas visiones políticas que se encuentran en disputa para llegar a las personas, forman un cuadro complejo, cuyo estudio bajo la mirada transversal de la transparencia es un objetivo fácil de enfocar pero difícil de lograr en los gobernantes de un país.
Parece que resulta de lógica estudiar si la expansión y uso de la democracia que se considera como algo natural, está dando los resultados por los cuales interesa que dicho sistema se instale en una sociedad. Es decir, si se piensa que el sistema democrático es el que mejor permite la distribución del poder en una sociedad, asegurando una competencia por su acceso y la utilización de los recursos institucionales para gobernar con la mayoría y respetando a las minorías, debería poner atención, también a "qué calidad democrática se ha conseguido o sea posible conseguir en esos países".
El interés es la calidad democrática, que se tiene en cada región y el goce de las garantías constitucionales además de una adecuada administración económica y financiera en las diferentes reparticiones del Estado, hace ya un tiempo se viene investigando respecto a los atributos y condiciones que deben estar presentes en una democracia de calidad. En muchos casos, estos atributos y condiciones son definidos en función de la relación que se establece con las características buscadas o ideales del sistema democrático. Respecto de aquellos que se encuentran en el plano institucional, es decir, los que muestran relación directa con la existencia de derechos vinculados a su práctica, se pueden identificar los referidos a ámbitos electorales, formación de las leyes, y aplicación de las normas (judiciales). Además, se pueden identificar otros de carácter administrativo, que son los que sostienen el concepto de gobernabilidad que se ven necesarias, justas y obligatorias para cada autoridad de Estado. Las instituciones son claves para el fortalecimiento de la democracia, de eso no hay cuestionamiento, lo que hace necesario un apoyo mayoritario a su funcionamiento. Para conseguir dicho apoyo, es necesario potenciar la transparencia para evitar el poder que en ocasiones puede llegar a ser avasallador respecto a las personas. Es una lógica de asimetría, la cual se debe combatir con un sistema de rendición de cuentas aplicable a todas las autoridades públicas.
Esta transparencia, abre la puerta a una mayor participación de la ciudadanía, aplicando un control social que permita restituir, en los casos que se requiera, la confianza en las instituciones. Aquí los partidos políticos son claves para el éxito de la democracia, sin partidos no hay democracia efectiva, es una condición no única, pero necesaria para contar con una institucionalidad democrática que no estime necesaria la presencia de líderes políticos o mecanismos que pasen por alto el Estado de Derecho y la plena legalidad, intentando saltarse los mecanismos procedimentales requeridos, siempre con el gentil argumento de sus promotores de establecer una mejor conexión entre los líderes y la masa. La satisfacción con la democracia está asociada a su posibilidad de dar respuesta a las demandas de la gente, ello implica una evaluación por parte de la población de la actuación de los líderes políticos que están al mando de las instituciones públicas.