La nueva presidenta del TSE, María Choque, salió con sus colegas vocales a dar la cara y a negar su cercanía al MAS. Junto al vicepresidente Antonio Costas hablaron con una intención de recuperar la credibilidad del Tribunal, golpeado por una crisis y cuestionamientos a su supuesta parcialidad con el Gobierno y por discrepancias entre los vocales. Más allá de las palabras, lo único que ayudará a que los árbitros de las elecciones recuperen la necesaria imagen de independencia son los hechos. Es decir, tendrán que ser más eficientes en la gestión, pero sobre todo seguir las normas y ser claramente institucionalistas.

Ya se sabe quiénes son los nuevos fiscales. El Ministerio Público es otra institución con problema de reputación, ya que se la señala de ser un brazo político. Algunos de los escogidos son los que candidatearon al cargo principal, pero quedaron al margen. Eso generó acusaciones de supuesto ‘cuoteo’ que deben ser verificadas. No es un buen comienzo recibir esas críticas, pero también son las acciones lo único que disiparán sospechas. Las palabras están de más. En el caso cruceño, el elegido es un abogado que obtuvo buena calificación. Ojalá su conducta esté realmente a la altura de ese antecedente.