Medio: El Día
Fecha de la publicación: martes 30 de octubre de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Nada de lo señalado en esta Ley se cumple, el alto índice de denuncias es la más clara demostración de la inoperancia del Estado que no tiene capacidades para proteger los derechos de las mujeres, a través de una aplicación imparcial e irrestricta del marco normativo que pretende cambiar actitudes individuales y comportamientos sociales machistas que niegan el derecho constitucional de las mujeres a vivir una vida libre de violencias.
La soberbia patriarcal expresada en el uso y consumo de los cuerpos de las mujeres, “la idea de que hoy me sirves, mañana aún no lo sé” se puso de manifiesto en la primera audiencia judicial; el supuesto agresor se presentó de la mano de otra mujer, de quien se dice ser la esposa y que la mujer agredida fue “apenas” una aventura, estas palabras resultan abominables, lo mismo que su naturalidad para guardar silencio, cuando lo menos que se esperaba es una respuesta como un síntoma de vergüenza, cuando no de arrepentimiento.
Es vergonzosa la actitud de usar a su compañera colocándola frente a otra mujer con quien supuestamente, mantenía vínculos afectivos externos a la pareja. Hacia dónde se pretende direccionar el problema, qué se espera de la estrategia de llegar a una audiencia de la mano de una mujer a quien probablemente, aún le duelen las heridas del engaño y la desilusión? Colocar a una mujer frente a otra, es una píldora efectiva del patriarcado y los hombres lo saben y usan esas píldoras cuando se les acaban los argumentos.
Todas nosotras desde muy temprano escuchamos y aprendimos que cuando queremos, podemos y somos más malas que los machistas, se nos dijo que hay mujeres buenas y malas, brujas, madrastras, feas y otras que andan acosando a los “pobres y desvalidos hombres” y esa educación nos ayudó a entender que para ser una mujer ejemplar, debemos a veces pelear contra la otra, defendiendo causas ajenas o poniendo la cara en defensa del macho y en clara condena a la otra que siente sobre su cuerpo, el mismo uso y trato que el macho también le da.
Basta de manipulación, las mujeres nos necesitamos las unas y las otras, no permitamos que las fuerzas que nos sometieron históricamente, se reciclen bajo el manto del sagrado matrimonio, nuestros planteamientos social y político sigue en pie, contribuir a conformar un Estado inclusivo que condena todos los actos de discriminación, permitámonos el gusto de atacar juntas al patriarcado.