Que la unión sea la verdadera fuerza

En esta semana nuevos rostros, convicciones y formas de expresión aparecieron. Los jóvenes vuelven a protagonizar las marchas en diferentes ciudades del país. El hito que marca el inicio de la aparición pública de este grupo como participante en espacios políticos es el Referéndum Constitucional del 21 de febrero del 2016. Ambos momentos cuentan con un tema en común: la reelección del Presidente Evo Morales.

Este sector de la juventud no está de acuerdo con el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional que habilita al Presidente (y a otras autoridades) a repostularse indefinidamente. Sin embargo, en este artículo no se desarrolla el tema de la reelección, se habla de la participación de los jóvenes.

“Atravesando el miedo está la libertad” canta un conocido artista argentino, vale la pena reflexionar sobre esta corta pero fuerte frase. No es correcto que los jóvenes tomen las decisiones de sus acciones, en cuanto a su nivel de participación política, basados en el temor de lo que les pueda pasar: ser encarcelados, perder su trabajo o ser amenazados por quienes manejan el poder. Mientas más jóvenes pierdan el miedo de participar, más libertad podrán encontrar y al tener mayor libertad estarán ejerciendo una de las partes fundamentales de la democracia.

Por otro lado, que la unión sea la verdadera fuerza. Que no implique simplemente mostrar la moneda nacional y se convierta en una frase cliché. Ante las situaciones de crisis y adversidad lo que más se necesita es que las voces que comparten el mismo fin se unan. De otra manera, se continuará entregando el poder a quienes ya lo tienen. Hay que olvidarse de ser el protagonista de una agrupación, hay que olvidarse de salir en la foto, ya que hoy la democracia en Bolivia vale mucho más que esos detalles.

Además de perder el temor y encontrarse más unidos, es fundamental autodesafiarse para formar los criterios políticos. Así, se podrá construir propuestas sólidas y manifestarlas de manera adecuada. Lamentablemente, este sector de la juventud no cuenta con la facilidad de tener presupuesto y respaldo que acompañe su formación política para consolidarse como grupo.

Finalmente, es necesario sostener las propuestas acompañadas de acciones de manera constante. No se puede esperar a que pasen casi dos años para volver a participar y manifestar la inconformidad con las situaciones que vive el país y con quienes lo gobiernan. Si se desea un cambio verdadero, el trabajo para conformar una propuesta sólida que haga frente a la decisión tomada será arduo y demandante.

Que la libertad no implique un temor, que la unión sea verdadera para juntar las fuerzas, que la formación sobre temas políticos sea una guía para ser críticos y propositivos y que la constancia sea el camino para conducir los ideales y lograr lo que es justo. Más allá de quien gobierne, lo primero siempre debe ser nuestro país.