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Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 22 de octubre de 2018
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Renovación dirigencias
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Por eso es que nos preguntamos, como lo hizo en su momento, la actriz norteamericana de origen portorriqueña, Jennifer López, en una de sus canciones, ¿y el anillo pa cuando?.
Nosotros los bolivianos debemos decir, ¿y el candidato nuevo pa cuando?, pues no hay mucha novedad que digamos, en los personajes que hemos visto, pues existen algunos más quemados que otros con la historia de Bolivia.
El primero en aparecer ha sido el hasta ahora 12 años presidente, Evo Morales, quien contra viento y marea dijo que ‘si el pueblo se lo pide, vuelve a candidatear” y hasta con un vicepresidenciable Álvaro García Linera, al que le han pillado que no tenía título profesional y que tampoco sabía multiplicar muy bien que digamos como matemático de las neuronas científicas que decía tener.
Y que todo apunta a que el Tribunal Supremo Electoral “le meterá nomás” aprobando la candidatura de Morales, pues en las elecciones primarias que acaban de lanzarse no se contempla la impugnación que le puedan hacer otros candidatos, de modo que quedarán en el olvido, e ignorando el efecto vinculante de los resultados del 21 de febrero de 2016, en los que el pueblo rechazó una tercera repostulación y la modificación de la Constitución Política del Estado.
Así están las cosas y del mismo embrión de fracas de los resultados de la demanda maritima ante La Haya, resucitó Carlos Mesa, ex-vicepresidente y presidente de Bolivia, en el 2004, en la cola del periodo neoliberal que se prolongara por más de 20 años en el país, con “pactos por la democracia” o “acuerdos patrióticos”, que no eran otra cosas que, la repartija de pegas y cuotas de poder en los Ministerios o la toma de instituciones importantes.
Y por esas cosas de la vida a Mesa no solo La Haya lo une a Evo, sino también un personaje clave: Eusebio Gironda, abogado y asesor de Morales a quien se le atribuye haber inscrito la partida de nacimiento del hijo del presidente con Gabriela Zapata.
El mismo Gironda es el jefe del partido político Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) que ha prestado su sigla a Carlos Mesa para que pueda terciar en estas elecciones.
Es que no hay nada nuevo bajo el sol en estas elecciones, pues los gallos volvieron a cantar. El sexagésimo Presidente de Bolivia desde el 6 de agosto de 1989 hasta el 6 de agosto de 1993 anunció su candidatura por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el hombre de la “revolución del comportamiento”, que no tuvo nada que ver con sus “narco-vinculos” y el decreto a favor de los “narco-arrepentidos” que le descubrieron en los “narco-videos” tras haber sido supuestamente financiado por narcotraficantes en su campaña a la silla presidencial.
También ya adelantó su postulación el ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada, durante su primer periodo presidencial entre el 6 de agosto de 1993 hasta el 6 de agosto de 1997.
Quedan pendientes Samuel Doria Medina, jefe nacional de Unidad Nacional y exministro de Planificación de Jaime Paz, entre 1991 y 1993, anuncia su candidatura en algunos spots televisivos, pero aún no se ha inscrito. De igual manera están indecisos en el oriente boliviano con Rubén Costas a la cabeza del partido Demócratas.
Y es así que en resumen queda algo en limpio: Que no hemos sido capaces de generar liderazgos nuevos que traigan aires de novedad y hasta de aventura a estas elecciones, de modo que en conclusiones, pareciera que asistimos a una nueva trampa envolvente de los políticos profesionales que no quieren dejar la mamadera del poder y también a nosotros que no nos animamos a reclamar los espacios que por derecho nos corresponden, si es que pensamos en el bien común.