Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 22 de octubre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Como ocurrió el año pasado por el conflicto del Código Penal, es posible que volvamos a tener un diciembre o un comienzo de 2019 de altísima tensión por el endurecimiento de la disputa del poder y por la fecha clave en la que el Tribunal Electoral debe pronunciarse sobre la habilitación de las candidaturas a las primarias. A medida que se acerca el 8 de diciembre, día en el que los vocales oficializarán si Evo Morales y Álvaro García Linera pueden o no participar en la votación del MAS para elegir a su binomio, aumenta la presión de uno y de otro lado sobre las autoridades electorales, que han optado por el silencio en uno de los momentos más críticos de una institución vital para la democracia.
Aunque ha aclarado que el Gobierno no amenaza con represalias al TSE por si dictamina la inhabilitación del binomio oficialista, el vicepresidente Álvaro García Linera declaró en una entrevista exclusiva, publicada ayer por EL DEBER, que los vocales no deben deliberar sobre el dictamen del Tribunal Constitucional que habilitó a Evo Morales para que busque otra reelección, a pesar de su derrota en el referéndum del 21-F. Para el segundo mandatario, el TSE solo debe acatar lo que sentenciaron los magistrados, ya que, de lo contrario, el Poder Ejecutivo defenderá la Constitución que impediría a las autoridades electorales una potestad deliberativa en este asunto fundamental, según la interpretación gubernamental. Si esto no es una advertencia vicepresidencial al TSE, no se entiende qué otra cosa es.
De acuerdo a la lectura de García Linera, la discusión sobre el referéndum del 21-F y la inhabilitación de Evo Morales y de él como candidatos en 2019 ya fue cerrada por el Tribunal Constitucional y no amerita consideración, lo que dejaría a las autoridades electorales con las manos atadas y solo con la misión operativa de administrar las primarias y las elecciones generales. En cambio, las plataformas ciudadanas y la oposición tienen depositadas sus esperanzas en el TSE para que valide el alcance vinculante del resultado de la votación que dijo No a una nueva postulación de Evo Morales. Por lo tanto, si el 8 de diciembre los vocales no ratifican la inhabilitación de las candidaturas del primer y segundo mandatarios a las internas del MAS, es muy probable que se venga otra batalla callejera, con paros cívicos de por medio.
Con la posición del vicepresidente y con los anuncios de las plataformas ciudadanas y de la oposición, el TSE está en una encrucijada que se manifiesta cada día con actuaciones dubitativas y contradictorias de los vocales que quedan. La renuncia de José Luis Exeni, la confrontación interna en la toma de decisiones y los vacíos de poder en la institución son evidencias de que esta pasa por un momento crítico. No faltan los temores de descabezamiento para colocar autoridades más funcionales al Gobierno en el Órgano Electoral, por lo que urgen señales más tranquilizadoras sobre su funcionamiento.