Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: viernes 19 de octubre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
omo en los viejos tiempos, políticos de larga data vuelven a aparecer en escena como parte de una comedia que quieren repetir. Ya lo hicieron muchas veces en farándulas electorales del siglo pasado y el público ya los conoce.
Hoy, a un año de las elecciones nacionales y a casi tres meses de las primarias para elegir candidatos a la presidencia y vicepresidencia, los políticos del pasado encuentran un clima preelectoral que se les abre ideal para volver a gozar del poder y no hallan mejor sitio que las llamadas plataformas ciudadanas. Tal es su ego que creen que la política boliviana gira en torno a ellos y que no es posible hablar siquiera de “democracia” sin hacerles alusión.
Como en los viejos tiempos, estos actores hacen cálculos, ensayan fórmulas y preparan sus mejores corbatas. Tienen la mirada colonial y, por tanto, subestiman al pueblo, su memoria, sus luchas. Se sienten los “elegidos” y creen hablar por “los ciudadanos”, diferenciándolos -como por un coladero- del resto de los estantes y habitantes del país, en especial de los indios. Están siempre listos para abrazar la sigla que esté a su alcance, aquella que se preste o se venda según la ocasión. Así lo hicieron durante muchos años.
Como en los viejos tiempos, los postulantes de siempre se cuelgan de siglas prestadas y articulan contubernios de toda laya, se sienten ganadores y están seguros de que la gente les cree. Se engañan queriendo borrar su pasado, sus alianzas espurias, de conveniencia, oportunistas.
Como en los viejos tiempos, los presidenciables reivindican la “democracia”, los derechos del pueblo, los “valores humanos más altos”, aunque fueron parte de estructuras corruptas y violentas que administraron Bolivia durante más de dos décadas de neoliberalismo. Vuelven con las promesas de entonces, vendiendo productos que encuentran al paso, con los mismos asesores, con la misma directriz y aliento de la embajada norteamericana.
Como en los viejos tiempos, cuando el pueblo unido recuperó la democracia en 1982, los cadáveres políticos del MNR, ADN, FRI, FSB y un largo y funesto listado de siglas de derecha inundaron el sistema político para hacerse de las conquistas populares, saquear el país, venderlo y enriquecerse.
El pueblo tiene memoria, está unido y fuerte. Volverá a derrotar a los políticos que encarnan el viejo tiempo.