Medio: Jornada
Fecha de la publicación: miércoles 10 de octubre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Las plataformas ciudadanas, agrupaciones políticas, partidos que intentan unirse, así como el Movimiento Al Socialismo (MAS) recordarán los 36 años de la recuperación de la democracia con demostraciones de fuerza. Manifestaciones, marchas y cabildos se producirán en casi todos los departamentos, unos defendiendo la democracia y la voluntad ciudadana expresada en el referendo del 21 de febrero de 2016 que dijo no al continuismo. Otros se movilizan en su intento de seguir en el poder, aunque ambos enarbolan la bandera de la defensa de la democracia.
Lo cierto es que Bolivia vive un episodio clave de su lucha por edificar las bases de la democracia, perturbada por señales preocupantes que ensombrecen la vigencia plena de derechos y libertades. El positivo trayecto que ha vivido el pueblo, los partidos políticos y las instituciones desde la recuperación del poder que se encontraba en manos de los militares, permite afirmar que los principios de libertad y ejercicio pleno de las garantías están arraigados en el pueblo, pero todavía son permeables a distorsiones que ponen en riesgo las garantías constitucionales.
Grupos de poder están logrando torcer los principios fundamentales vigentes en la Constitución Política del Estado (CPE), que tanto sacrificio y dolor han costado a la ciudadanía. Para enfrentar estos riesgos, los colectivos ciudadanos, a falta de líderes han iniciado la defensa del proceso democrático con intentos de unificación para presentar opciones confiables en las próximas elecciones. Se busca convencer de que la democracia es el régimen político del estado de derecho en el que se garantiza una libertad sin represión, sin exiliados políticos; un sistema donde la justicia sea independiente y que nunca más se convierta en brazo político represor.
En la coyuntura actual la ciudadana ya sufre en carne propia y ve, en hechos concretos, los resultados de la debilitación del proceso democrático, y parece haberse convencido de que es necesario rectificar caminos, y el mejor y más efectivo, es fortalecer los mecanismos que garanticen la libertad de expresión, la libertad de prensa y el derecho de cada ciudadano a decir lo que siente y piensa; a que se respete su derecho a discrepar y expresar sus sentimientos, sin ser perseguido por esa causa.
En Bolivia, desde la recuperación del proceso democrático, se ha producido un constante avance en muchos aspectos, pero al mismo tiempo, también se han dado retrocesos con la limitación de algunos derechos y garantías. Nuestro país vive 36 años de democracia, aunque durante los últimos años se han sufrido las mayores distorsiones.
Recordemos que desde 1982, se han sucedido 9 gobiernos surgidos de la voluntad popular, incluidos tres presidencias emergentes de sucesiones constitucionales. Desde ese momento, el clamor popular ha sido consolidar el proceso. Si algo cimenta y fortalece la presencia del pueblo, es la mayor participación sin exclusiones, fomentando los debates políticos, económicos, sociales, tecnológicos y sobre el desarrollo, tanto si el ciudadano se expresa directamente como a través de sus representantes electos.
En este momento se presentan opciones muy nítidas que muestran lo que puede ser el futuro del país, con ejemplos concretos de lo que ocurre en Venezuela, Nicaragua y Cuba. Los desastres económicos que sufren en este momento Brasil y Argentina, también deben ser motivo de reflexión sobre lo que se viene en el horizonte nacional.