Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: jueves 11 de octubre de 2018
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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El gobierno atacará la candidatura de Carlos Mesa propinándole golpes por encima y debajo de la cintura. Lo hará en todos los frentes, incluyendo el judicial, el parlamentario, el mediático, el político, el electoral y los frentes más sucios que pueda encontrar o inventar. Este artículo se limita a anticipar los obstáculos que el órgano electoral puede poner a la candidatura de Carlos Mesa, los cuales se aplicarán con menor rigor a los principales candidatos de la oposición.
Este órgano constaba originalmente de 7 miembros, hasta que renunció su séptimo Vocal José Luis Exeni. Su carta de renuncia fue presentada al Vicepresidente Álvaro García Linera el mismo 1° de octubre en que se conoció el fallo de La Haya que aplastó la demanda interpuesta por Bolivia contra Chile.
La carta del Sr. Exeni alegó motivos de salud. Hay que desearle una pronta recuperación. Al renunciar se curó en salud política. Ya no formará parte de la Sala Plena que entre el 28 de noviembre y el 8 de diciembre será presionada brutalmente por el gobierno para que apruebe las candidaturas de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera.
Si Evo y Álvaro son aceptados como candidatos por el órgano electoral, Mesa estará ante un dilema sin solución. Si apoya el 21F no puede ser candidato en unas elecciones amañadas, y si participa en unas elecciones amañadas desconoce el resultado del referéndum del 21F. Tendrá que explicar que su candidatura no servirá exclusivamente para lavarle la cara a un descarado atropello a las reglas básicas del proceso electoral. Necesitará muchísimo tino para sortear con éxito este primer obstáculo electoral.
Por supuesto que al aceptar las candidaturas de Evo y Álvaro el órgano electoral se enlodará en grande. Su más reciente gota de lodo fue la aprobación de la regla según la cual solamente los militantes inscritos en un partido político pueden presentar objeciones a las faltas cometidas por miembros de su propio partido.
Es como si en el fútbol los únicos que se pueden quejar al árbitro de una falta cometida en la cancha son los miembros del equipo que cometió la falta. Los Vocales que votaron por esta regla deben inscribirse como miembros de número en la Historia Universal de la Infamia inmortalizada por Jorge Luis Borges. Los que no apoyaron esta regla se salvan por un pelo de pasar a la eternidad como hanchos.
Para habilitar esta y otras trampas, la Asamblea Plurinacional habilitó una formidable moledora de carne opositora llamada Ley de Organizaciones Políticas (LOP). Esta ley dispone que todos los partidos que pretendan concursar en las elecciones generales de octubre de 2019 tienen que organizar unas elecciones internas denominadas “primarias” para que sus militantes elijan a los binomios que participarán en las elecciones generales de octubre del año próximo.
El calendario de estas primarias fue aprobado por el órgano electoral mediante reglamento. Demos un rápido vistazo a algunas de las vallas impuestas a la oposición por este reglamento. El 24 de octubre de este año los partidos políticos tienen que presentar sus libros de militantes para su aprobación por el órgano electoral. El partido que pretende postular a Carlos Mesa como su candidato a la presidencia es el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI). El órgano electoral puede revisar su lista de militantes y rechazarla por incompleta, por inflada o por cualquier otra razón.
La siguiente valla dispone que las alianzas de partidos que quieran presentarse unidos a las elecciones de octubre del próximo año deberán ser presentadas para su aprobación a más tardar el 13 de noviembre de este año. Una vez que el FRI y su candidato Carlos Mesa presenten una alianza, el órgano electoral podrá encontrarle miles de pies al gato y rechazarla de plano.
Los binomios cuyos partidos salven esos obstáculos deberán inscribirse ante el órgano electoral el 28 de noviembre de este año para que este órgano los apruebe o rechace. Se podrá buscar cualquier pretexto para rechazar el binomio en el cual figure Carlos Mesa.
Hace un par de años la Presidenta del órgano electoral tuvo una acción excepcionalmente valiente. Publicó el resultado del 21F antes que el gobierno pueda meter la mano en el cómputo. Si hasta el 8 de diciembre de este año 3 Vocales rechazan las re-re-repostulaciones de Evo y Álvaro y otros 3 las aceptan, es probable que un gran especialista en empates técnicos intervenga para resolverlo a favor de su propia candidatura y la de su compañero de binomio.
Podrá activar una consulta al Tribunal Constitucional (TC) para que defina si se deben aprobar o rechazar estas postulaciones truchas, las que fueron aprobadas precisamente por este mismo órgano judicial. Difícil pensar que los nuevos miembros de este órgano, escogidos a dedo por el MAS, puedan sentenciar que el TNE debe rechazar esas candidaturas.
Si la oposición logra sortear los anteriores obstáculos y sus principales binomios llegan intactos a las elecciones generales de octubre del año próximo, tanto los candidatos opositores como los votantes enfrentaremos el mayor obstáculo. Un órgano electoral que acepte las postulaciones de Evo y Álvaro no dudará en retocar los resultados del cómputo electoral para asegurar que estos candidatos ganen la elección, sea cual fuere la votación de los bolivianos.