Medio: La Patria
Fecha de la publicación: miércoles 10 de octubre de 2018
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Constitución / Personería jurídica
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El primero que cabalgó y con "mucha suerte" en la sigla del Movimiento Al Socialismo (MAS) de David Añez Pedraza, que se completó con el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) fue el actual presidente Juan Evo Morales Ayma, quien recibió de regalo del fundador del MAS, también fundador y disidente de Falange Socialista Boliviana, que tras su fallecimiento legó su sigla al líder cocalero para legitimar la participación del MAS-IPSP en todas las elecciones desde el 2002.
Según la historia, el caballo de Troya fue un armatoste enorme con figura del cuadrúpedo construido en madera, que se registra como el antecedente principal de la guerra de Troya. Los griegos con esa estrategia se introdujeron en la ciudad amurallada de Troya y el caballo circuló por los gigantescos muros, sin saber los troyanos que en el interior se ocultaban soldados enemigos, que luego en la noche tomaron el control y abrieron las puertas para facilitar el ingreso del ejército griego, provocando la caída definitiva de Troya.
Así los políticos para estar en las elecciones y ser parte del acontecer partidario, ahora cabalgan su caballo de Troya, como una expresión o metáfora porque el "caballo de Troya" dio lugar a dos expresiones idiomáticas que quieren explicar una forma de decir engaño destructivo, y que también se califica como un "presente griego", por las graves consecuencias que puede traer, como ocurrió con Jorge Tuto Quiroga Ramírez, que montó en la sigla del Partido Demócrata Cristiano (PDC) fundado en 1958, para habilitarse como presidenciable por la alianza Podemos y al final desconocido por dirigentes del PDC y los militantes que reclamaban su derecho partidario.
Ahora el expresidente Carlos D. Mesa Gisbert tomó la decisión de cabalgar la sigla del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), bloque de izquierda fundada en una conferencia nacional de las fuerzas de izquierda, el 23 de abril de 1978, siendo su fundador el destacado político, abogado, Oscar "Motete" Zamora Medinacelli, quien en la función pública fue senador, alcalde de Tarija y varias veces ministro de Estado.
El FRI tiene personería jurídica como partido político desde julio de 1987 y su declaración de principios mantiene vigente su ideología de izquierda, con el postulado de la lucha por los pobres y los explotados, siguiendo la corriente Marxista Leninista de su fundador y tiene más de 60 mil militantes.
La inclusión y retorno de Carlos Mesa a la arena partidaria entonces le pone un ingrediente especial a la vida de los bolivianos, porque el exdignatario que fue obligado a dimitir de sus funciones por presión de los movimientos sociales, que empoderaron al dirigente cocalero Evo Morales el año 2005, con un rotundo triunfo en las elecciones generales, ahora permite tener dos frentes - por así decirlo- que correrán tras la silla presidencial y con el vivo interés de ocupar la Casa Grande del Pueblo, empero los dos bloques se reclaman de izquierda.
La oposición ya va descalificando y en pocos casos apoyando a Mesa, puesto que ese futuro candidato presidenciable, dijo que su base se sustenta en la ciudadanía, "reclamando apoyo de los ciudadanos y ciudadanas", porque ese segmento de la sociedad pide tener un representante en la democracia del modelo representativo que rige en nuestro país.
Hablar del proceso eleccionario, todavía es prematuro, porque el proceso se vivirá con toda intensidad el 2019, donde seguro el MAS-IPSP querrá legitimar la reelección de Evo Morales, mientras que Mesa, hará el coro para "legalizar" esa elección y con seguridad los "opositores" continuarán viendo de balcón y criticando sus posturas, porque ahora los que se reclaman contrarios a la línea de la actual administración del Estado Plurinacional, se ponen de acuerdo en los puntos que están en desacuerdo, pero no logran un acuerdo.
Es más, los viejos políticos, quienes reclaman su "liderazgo", los que ya usufructuaron del poder y todavía siguen ligados por el MAS con el actual poder político, están en la cómoda posición de encontrar un problema en cada solución. Ojalá esa postura cambie para bien y se pueda garantizar una verdadera participación democrática de los líderes contendores y la llegada de Mesa y otros "opositores", no sea más de lo mismo, sólo para legitimar el próximo proceso eleccionario, para prorrogar un mandato que ahora es cuestionado.