Con el lanzamiento formal de la primera candidatura presidencial para las elecciones del 27 de octubre del próximo año, comenzó la campaña electoral. El ya expresidente y actual vocero de la demanda marítima, intelectual Carlos Mesa, anunció que competirá en la contienda, en demostración de lo cual el pasado fin de semana se realizaron sus primeras caravanas promocionales, que recorrieron gran parte de la ciudad.

El presidente Evo Morales anticipó con anterioridad que repostulará a una cuarta gestión, pues actualmente cumple la tercera gestión. La primera inició en 2005, la segunda en 2009 y la actual la desempeña desde 2014.

Con anterioridad a ese año, los períodos presidenciales eran de cuatro años, pero a partir de entonces se aumentó un año, es decir que ya son de cinco, según la modificación constitucional que se realizó el año anterior. Al presente, Morales está cumpliendo ya una gestión de cinco años.

De esta manera, nuevamente desconoce la decisión adoptada en el referéndum nacional del 21 de febrero de 2016, que estableció que en los mandatos presidenciales se podía permitir una sola reelección. Al optar por una nueva reelección en 2019, constitucionalmente seguirá violando el orden legal del país.

En todo caso, dependerá del electorado que ello siga ocurriendo, aunque son insistentes las versiones de que para alcanzar tales logros, hasta el presente se han producido manipulaciones, en el voto rural particularmente.

Mesa y otros postulantes que puedan presentarse para los comicios del año próximo tendrán que tomar previsiones, para que aquello no siga sucediendo, pues siempre hay medios para hacerlo, tanto en el plano legal como con los recursos que es factible aplicar, cuando se tiene conocimiento de irregularidades que han estado ocurriendo en un área determinada, como en este caso es el rural.

En la actualidad, bien o mal, depende del juicio individual y colectivo que se produzca al respecto, pero hay algo muy significativo que se producirá en 2019. Se están cumpliendo 36 años de la democracia en el país y aunque no ha dejado de sufrir atentados, de todos modos se dejó de seguir gobernados por dictaduras.

Por supuesto, no es un consuelo que satisfaga, por lo que la ciudadanía tiene que hacer conciencia de que debe dejar de ser tolerante con tales violaciones. Todo dependerá del voto que emita y asimismo de las previsiones que adopte para que esto no continúe.

Si bien para que ello no persista corresponderá a las candidaturas independientes u opositoras tomar previsiones, tanto en el plano legal como en el político. Dependerá de la forma de organizarse para que ello no continúe, aparte de que la propia ciudadanía independiente tendrá que ver los recaudos que pueda poner en práctica para que no siga siendo víctima de engaños y trampas que tiendan a desvirtuar su voluntad por tales medios.

Será necesario estudiar los resultados de anteriores consultas y sobre esta base adoptar medidas previsoras, para evitar que por indiferencia continúen tales conductas que, en buenas cuentas, implican una forma de incurrir en delincuencia, puesto que todo engaño tiene estas características legales.

Cuando afectan al interés personal y colectivo hay que ponerles freno. Y para este efecto no hay que ser tan permisivos con aquello que de todas maneras atenta, en los casos de consultas electorales, contra la voluntad expresada en el voto.