Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: domingo 07 de octubre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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El conocido patriarca, perdón, patriarcalista, senador Arturo Murillo, nuevamente ha hecho gala de su pensamiento machista: “hay que dejar de llorar”, ha dicho; le faltó completar la frase: “llorar es de mujeres”. Pero no es así, los que sentimos un profundo vínculo con la vida lloramos cuando nos mutilan el territorio, y el territorio no es solamente algo físico, es también esa subjetividad que nos acompaña desde los tiempos inmemoriales.
Así que, distinguido machista Arturo Murillo, llorar es un sentimiento profundo de todos los que tenemos sentimientos y queremos a nuestra tierra; los que no lloran, los que se alegran con el fallo de la CIJ de La Haya, son los apátridas.
Es una vergüenza que nuestra Asamblea Legislativa tenga todavía a estos representantes de la casta colonial-patriarcal; por algún tiempo tendremos que soportarlo. Pero lo que no debemos dejar es que un hombre de esta catadura pretenda dar consejos, si dejamos que eso ocurra es que nosotros tenemos algunos genes colonizados.
Murillo, ya es un hecho conocido, fue el repartidor de bates el año 2008, cuando la furia racista se desató en todo el país, y él, como su amigo Leyes, dirigió la revuelta para apalear indios; hoy se sabe que ya no tiene apoyo en Cochabamba y se prevé que no será más legislador en las próximas elecciones, aunque uno nunca sabe, puede aparecer en otras listas.
Sorpresas podemos tener, o tal vez Murillo funde el Movimiento Patriarcal de Bolivia (MPB), de esa manera ayuda a que todos los machistas que aún circulan en los pasillos de la política se agrupen y no estén forzados a mimetizarse en los diversos colores de los partidos que hoy existen.
Los ‘Murillos’ (referencia a familiares) son políticos del pasado, que pretenden mantenernos anclados en viejos pensamientos (coloniales), en viejas actitudes y en viejos vicios (los ricos al poder) en este siglo, cuando gran parte de la humanidad ha evolucionado hacia una convivencia con la diferencia.
Murillo todavía piensa que existe una única verdad, que es la suya, por eso se atreve a dar lecciones de todo y a todos, pero claro, nosotros lo tenemos catalogado como un dinosaurio de la política, dinosaurio que es muy peligroso, pues tiene su auditorio, que son los janiwas, y éstos tienden a ponerse violentos cuando sus convocatorias van disminuyendo poco a poco.
Murillo es uno de los rostros más visibles y representativos del 21F, sus fuertes vínculos tienen que ver con el racismo, que siempre está presente en sus viscerales discursos. Seguramente hasta hoy no ha podido asumir que un dirigente de los productores de coca logró ser presidente y refundó el Estado. Murillo, como todo empresario, siempre ha menospreciado a los dirigentes sindicales, peor si son del Chapare.
Falta poco tiempo para que este personaje no vomite su bilis desde las cámaras de televisión o las ondas de la radio. Tenemos paciencia, es el costo de nuestra costumbre de respetar a las personas especiales.
*Es escritor e historiador potosino