Medio: Opinión
Fecha de la publicación: miércoles 03 de octubre de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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Sin lugar a dudas, la historia de los derechos de las mujeres da cuenta de las conquistas progresivas y acumuladas. Esto puede evidenciarse particularmente en los derechos políticos. Una vez reconocida su ciudadanía, lograron el derecho al voto, y pronto demandaban ser parte de las instancias de gobierno, exigiendo conformar las listas de candidaturas. Para ello fueron muy eficaces las cuotas de participación, primero el 30 por ciento en las listas de candidaturas de los partidos políticos, que luego se incrementó a 50 por ciento para las listas de candidaturas de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas. Cuando se empezó a combinar la cuota con el mecanismo de la alternancia, se logró incrementar la presencia de mujeres en espacios de decisión, pero no aún revertir el déficit de representación de las mujeres en el sistema político. Durante el proceso de la Asamblea Constituyente se probaron novedosas fórmulas, combinaciones de mecanismos, logrando romper el techo de cristal (el tope alcanzado) y logrando contar con 33 por ciento de mujeres. Es la Ley de Régimen Electoral Transitoria la que rompe las barreras con la implementación de la paridad vertical y la alternancia secuencial entre candidatos y permite que las mujeres se acerquen en el resultado a la paridad. La Ley de Régimen Electoral innova incluyendo, además, la paridad horizontal, aplicando el principio a las listas de candidaturas uninominales, para que del total de las candidaturas que presenten las organizaciones políticas, al menos la mitad sean titulares mujeres. Esta última norma es la que ha logrado la paridad en el resultado: una Asamblea Legislativa Plurinacional paritaria. Recientemente se aprobó la Ley de Organizaciones Políticas, que busca profundizar la democracia al interior de partidos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas, asegurando paridad en representación de las mujeres en sus estructuras y distribución de poder, recursos y bienes. Sin embargo, dependerá de la voluntad, que logren avanzar en el cambio de las prácticas políticas poco democráticas, tan comunes en estas organizaciones. Queda pendiente también aplicar la paridad horizontal en el binomio presidente/vicepresidente de todas las fuerzas políticas y dar cuenta de real voluntad política para profundizar la democracia intercultural paritaria
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