Medio: La Razón
Fecha de la publicación: lunes 01 de octubre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En relación a la temporalidad del proceso político con miras a las elecciones generales del próximo año, se ha dicho bastante que las primarias anticipan en varios meses decisiones estratégicas de las fuerzas políticas en competencia. Destacan dos cuestiones complementarias. Por un lado, la definición de candidaturas; por otro, la concreción de alianzas. Ello es primordial, especialmente en el campo de la oposición partidaria, pues el oficialismo parece estar seguro y cómodo con su binomio.
Precisamente en torno al binomio del gobernante MAS, la nueva agenda electoral aceleró y al mismo tiempo condensó la disputa política en torno a una nueva repostulación del presidente Evo Morales. Aquí, como se sabe, concurren dos factores, ambos vinculantes y de cumplimiento obligatorio: un referéndum que por votación mayoritaria rechazó la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado; y una sentencia constitucional que por vía interpretativa habilitó la reelección indefinida.
En medio de los aprestos de varias organizaciones políticas para participar en las elecciones primarias, la decisión sobre la habilitación o no del binomio presidencial oficialista está en el centro del proceso político. La fecha prevista para el efecto, según los hitos del calendario informado por el Tribunal Supremo Electoral, es el próximo 8 de diciembre. Desde hace unos días, a la espera de la convocatoria de los comicios, se cuenta con el reglamento específico que regirá el evento electoral.
Respecto a las nueve fuerzas políticas que actualmente cuentan con personalidad jurídica y, por tanto, pueden postular candidaturas y liderar alianzas, las elecciones primarias produjeron un extraño y saludable efecto de movilización: todos están ocupados buscando firmas para ampliar sus respectivas militancias, incluso algunos partidos sobre los que no había señales de vida desde hace años. Las primarias desnudarán ciertamente la real fortaleza o debilidad de las organizaciones políticas en el país.
Por último, los comicios de enero han dado paso, de manera prematura, a muestras de campaña y propaganda electoral. Así, en medios de comunicación y en particular en redes sociales, algunas organizaciones y jefes se promueven a sí mismos. Un persistente señor incluso tiene su propio spot (que según los entendidos ha provocado más memes que likes), en el cual se representa como candidato de unidad opositora. Y se realizan proclamaciones de unos y descalificación de otros. Esto apenas empieza.