Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 27 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Por otra parte, el ajuste tributario a las petroleras que puso grandes recursos en manos del Tesoro General de la Nación fue generado por la Ley del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), aprobada sin los votos de la bancada del MAS y promulgada por el entonces presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, el año anterior a la llegada de Morales al poder.
Pero este es sólo uno de los muchos casos en los que el presidente cocalero ha buscado atribuirse éxitos ajenos. Otro ejemplo sería el proceso llevado adelante en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, protagonizado en lo jurídico y en la vocería por dos expresidentes de la república.
Morales, por su lado, sólo ha aportado al enrarecimiento de las relaciones bilaterales con Chile mediante una verborrea radical, que dificultaría enormemente las eventuales negociaciones posteriores al fallo del 1 de octubre.
Un caso más reciente de atribución de iniciativas ajenas es la Ley del Etanol, en realidad planteada en el 2005 por un diputado cruceño, Vicente Roca, y que se mantuvo dormida, sin reglamentación, durante 13 años.
Ahora, cuando el Movimiento Al Socialismo entra en la etapa pre-electoral y comienza la búsqueda del voto de Santa Cruz, se activa un instrumento normativo que podría haber estado facilitando el desarrollo de biocombustibles desde muchos años atrás.
Esta política de “transferencia” de ideas o logros ajenos es una de las caras del populismo. La otra es la atribución de los errores propios a los demás, algo que en Venezuela lleva a culpabilizar a la “guerra económica” de la derecha y el imperio por los desastres del socialismo bolivariano. Una actualización del guión cubano del “embargo”, con el que se trata de esconder el descalabro productivo del estalinismo tropical.
Esto es parte de la demagogia esencial que define a estos regímenes, fundados en ficciones distorsivas de la verdad. Ficciones que al ser cuestionadas por la empecinada realidad son apuntaladas a través de gigantescas maquinarias propagandísticas, censura sutil o brutal de la prensa y hasta reescritura descarada de la historia.
Otro tipo de manipulación al que suelen echar mano los gobiernos de este signo es la estadística, práctica que en la Argentina kirchnerista derivó en un auténtico “vuelo sin instrumentos de navegación”, al decir del presidente Mauricio Macri.
En Bolivia también habrá que estar muy atentos a las distorsiones estadísticas, en un contexto donde se conjugan la desaceleración económica y la competencia electoral. Coyuntura en la que, junto con la absorción de méritos ajenos, puede primar el ocultamiento de las falencias propias de los gobernantes.