Medio: El Día
Fecha de la publicación: martes 25 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Pese al cerco y los amagos de enfrentamiento en el ingreso a la plaza principal, la expresión ciudadana en expresar libremente su demanda en contra de la repostulación del presidente Evo Morales el 2019 y exigir el respeto a los resultados del referéndum del 21 de febrero (21F) de 2016 fueron generalizados. Ni bien arribó al lugar el vicepresidente, la presencia de las plataformas ciudadanas fueron rebasadas por una multitud ciudadana que al unísono gritó "Bolivia dijo no".
Las restricciones causaron molestia. La protesta se hizo extensiva incluso en contra de otras autoridades tanto del gobierno departamental y de la alcaldía municipal, a los que los calificaron de "vendidos al gobierno del MAS y traidores a Santa Cruz".
Desde temprano, los activistas buscaron la manera de ingresar a la plaza principal, pero el cerco por parte de la gendarmería municipal puso de manifiesto una afrenta a la libre transitabilidad y acceso al emblemático lugar de conmemoración cívica.
Por esta situación, Vladimir Peña, secretario de gobierno de la Gobernación de Santa Cruz, denunció y calificó desde muy temprano como un “ultraje” la restricción y demandó al comandante departamental de la policía “que deje ingresar a todas las personas que quieran venir a rendirle honores a Santa Cruz”.
Dicho incidente hizo que la dirigencia cívica también se retire del acto en repudio por la presencia de García Linera. "No vamos a participar, (solo) hemos venido a solidarizarnos con esos gritos que rechazan al Gobierno abusivo y déspota, que busca perpetuarse en el poder", manifestó Fernando Cuéllar, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz.
Pese a esa situación, el arribo del jefe de Estado en ejercicio exacerbó los ánimos y el "Bolivia dijo no", fue un estruendo al unísono.
Los actos, tanto de la ofrenda floral e iza de la bandera, fueron acompañados con un rechazo y defensa del 21F. Las protestas dejaron de ser tal hasta que García Linera abandonó el lugar.
"Uno viene con toda la sencillez y cariño a rendir su homenaje (a Santa Cruz), pero a otra gente creo que no le importa ni Santa Cruz ni Bolivia, solamente le importa sus intereses personales y esta intolerancia fascistoide, pero son minoría", sostuvo como respuesta a los activistas.