Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 24 de septiembre de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Waldo Albarracín, rector de la UMSA e integrante del Conade, afirma que la “gran alianza” para hacer frente al MAS la deben discutir exclusivamente los partidos políticos. Agregó que los partidos están en su derecho y tienen el deber de “ser un gran frente amplio”.
La Ley de Organización Política complicó a las plataformas y dio protagonismo a los partidos. ¿Qué opina al respecto?
La Ley de Organizaciones Políticas, ellos la promovieron, aprovechando sus dos tercios para el beneficio del MAS y del Gobierno para neutralizar la acción patriótica importante que estaban realizando las plataformas ciudadanas, organizaciones de derechos humanos y un conjunto de ciudadanos, que escuchando el clamor ciudadano decidió luchar por el respeto del 21F, respeto a la democracia y los derechos humanos.
¿Hay que pensar en una gran alianza para derrotar al MAS?
Esa gran alianza en términos electorales no la pueden debatir las plataformas ciudadanas o comités de defensa de la democracia, esa gran alianza electoral la tienen que discutir exclusivamente los partidos políticos. Están en su derecho y probablemente también en su deber de ser un gran frente amplio.
¿Usted está en conversaciones con partidos y plataformas?
Con plataformas sí, obviamente. De hecho, ha sido pública la alianza, el documento que hemos firmado como Conade con el Comité Pro Santa Cruz ha sido público y lo hemos hecho delante de la prensa, y creo que es importante que las instituciones sigamos siendo parte de esas alianzas para fortalecer nuestra lucha en el ámbito ciudadano y cívico democrático.
Pero cuando ya se habla de un frente electoral, ya es una tarea exclusiva de los partidos. Mejor si se unen y hacen una alianza grande porque no tiene sentido participar en una elección solamente para facilitarle que se perpetúe en el poder el señor Evo Morales, pero no me parece correcto que las plataformas empiecen a negociar espacios de poder con los partidos.
Hay que dejar que los partidos cumplan sus tareas. En otras palabras: hay que separar las aguas, las instituciones que sigan defendiendo lo que estábamos defendiendo y los partidos que ingresen en su trabajo electoral.