Medio: El Diario
Fecha de la publicación: jueves 20 de septiembre de 2018
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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Sin lugar a dudas la segunda mitad del Siglo XX de nuestro país estuvo marcada por la influencia de un pensador político y el partido político que él organizó para reinventar el nuevo diseño del país. Ese hombre que dejó una huella que permitió que el país se modernizara para ir avanzando hasta lo que es hoy fue Víctor Paz Estenssoro.
Los discursos e ideas que él lanzó y difundió con su presencia en el Parlamento boliviano se encuentran publicados en la compilación efectuada el 2003 por Plural Editores, la cual se habría realizado como un homenaje al recién fallecido ex presidente VPE y el texto habría sido publicado casi como una condición de testamento ideológico.
Este breve artículo se basa en la 2da. edición a cargo de Ramiro Antelo León, 15 años después de la primera.
El punto de partida de VPE era su concepción sobre “El Estado”, para este extraordinario pensador político “El Estado no es una institución con valor de permanencia en el tiempo y en el espacio, es decir algo inmutable. El Estado es una creación histórica, responde a las necesidades y a los intereses de cada época y de cada país, el Estado es la organización de la fuerza, la coacción sometida a reglas, al servicio de una clase que mantiene el control económico y político del país”.
Defensa de los recursos naturales. Destacando los contratos que había suscrito el Gobierno con grandes empresas internacionales: con López – Gama – Meiggs para la explotación del guano y salitre: el contrato Schart, para colonización y los contratos con Speyer y Nicolaus resalta que “no les importa a los concesionarios que, al comienzo, posean cierta debilidad jurídica, que adolezcan de fallas los gobiernos que autorizan la concesión”.
El caso más destacado, sin embargo, en números de magnitud fue el contrato celebrado con la compañía Aramayo Mines en Bolivia.
Todos esos contratos significaron magníficos ingresos para las empresas y migajas para el país, con lo cual se enajena el porvenir de las futuras generaciones.
En defensa de la Nación él se refiere al Estado, el cual es una creación histórica, responde a las necesidades y a los intereses de cada época y de cada país. Así tiene una dimensión diferente en la semicolonia, en el crecimiento económico y en la formación de la conciencia nacional. Se pregunta: ¿Por qué es importante el Estado nacional para nosotros? Porque en Bolivia antes de la revolución no existía y tampoco podía haberlo.
Para concluir esta breve síntesis es imprescindible referirse a “las medidas de la revolución nacional de 1952”.Todos sabemos ahora que ellas fueron la reforma agraria y la nacionalización de minas.
Él señalaba en el discurso del 2 de agosto de 1953: “acaba un largo periodo de más de cuatro siglos de opresión para los campesinos de Bolivia. El gobierno de la revolución nacional ha dictado el Decreto de Reforma Agraria que da tierra a quien la trabaja. Añadió: Desde que llegaron los españoles en la época de la conquista, los campesinos fueron sometidos a un régimen de servidumbre: perdieron su libertad al perder su tierra”.
Refiriéndose a la aprobación de la nacionalización de las minas detentadas por la oligarquía minera, señalaba: “El contraste entre las minas de extraordinaria riqueza y el atraso y la pobreza generales del país hizo posible el crecimiento del desproporcionado poder de los grandes mineros”. Sobre el poder de los tres grandes mineros señaló: “Ese poder económico quiso hacer de una nación de tres millones y medio de hombres libres una factoría acomodada a los intereses explotadores de tres individuos”.
La gran lección de toda esta fase histórica que cambió el curso del país fue que se necesita “ideas fuerza” que lleguen a la mente y los corazones de la ciudadanía para lograr de ella el respaldo político para apoyar los cambios que requiere un determinado momento histórico en la vida de una Nación.