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Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 18 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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Al promulgar la Ley de Organizaciones Políticas (LOP) se bajó la bandera a cuadros para las próximas elecciones presidenciales. De esta manera se electoraliza al país de manera temprana. Quizá esta sea la campaña electoral más larga de nuestra historia.
Comenzarán las ofertas electorales. El país se tensionará por la agresividad de las campañas. La guerra sucia será bien sucia. Como anticipo, ya vimos afiches de Carlos Mesa y Leyes, siendo que Mesa todavía no comunicó al país su decisión de terciar electoralmente. Pero, por de pronto, ya le dieron la bienvenida.
También en esta campaña electoral, el oficialismo (digo oficialismo, debido a que por las restricciones constitucionales el actual Presidente no puede ser candidato) intentará subsanar la deficiente atención a temas claves, como es la salud, en sus 12 años de gobierno, las mismas que ahora se convirtieron en demandas prioritarias de la población. Por de pronto, ya vemos las ofertas de construcción de hospitales especializados, los mismos a los que no le dieron importancia en los últimos años.
Pero hay otras demandas populares que no pueden ser subsanadas a partir de la inversión pública porque son bienes intangibles, como los de la justicia, el respeto a las leyes, la corrupción, los temas medioambientales y, en fin, una larga fila de aspectos menospreciados por el oficialismo en su larga gestión.
Seguramente, el oficialismo intentará mostrar sus “logros” económicos basados en las supuestas nacionalizaciones. Pero la mayoría del país no quiere escuchar de estos temas, quiere hablar de los intangibles; es decir, del déficit de justicia, de la seguridad jurídica y, sobre todo, de la lucha contra la corrupción. En estos temas la oposición tiene más credibilidad que los oficialistas.
Nadie cree en los jueces y en el Ministerio Público, porque no es un secreto que éstos sólo responden a las instrucciones del poder central, porque los que administran la justicia tienen fallos que son el resultado de las presiones del Gobierno o de las organizaciones sociales. El caso del bebé Alexander se puede convertir en la prueba más desgarradora de un fallo contra un profesional médico realizada por fiscales, médicos forenses y jueces poco profesionales.
Será por ello que una víctima de los delincuentes comunes, antes de contratar un abogado que los represente, buscan una organización social que los apoye. El oficialismo, conocedor de esta situación, no intentó cambiarla; es más, la profundizó y se aprovecha de ello.
El cumplimiento de las leyes es otro déficit que el oficialismo no puede ocultar, sobre todo si el actual Presidente se postula en contra la Constitución Política, en contra de dos referendos que le impiden hacerlo. Si las autoridades y los ciudadanos bolivianos cumpliéramos las leyes, en este momento el país sería distinto. Podríamos decir que estamos construyendo la Suiza sudamericana y no estaríamos gritando en todas las esquinas y eventos “Bolivia dijo No”. Si cumplimos las leyes, nos respetaríamos, las empresas y los sindicatos funcionarían sin problemas. En fin, cumplir las leyes nos proporcionan las bases para asegurar el desarrollo del país.
Por otro lado, encarar una campaña electoral de más de un año para los candidatos no oficialistas les provocará más de un dolor de cabeza. Una primera pregunta que se me viene a la mente es: ¿Qué bolsillo de candidato puede aguantar una campaña tan larga? La única respuesta que tengo es la del oficialismo.
Siempre los candidatos oficialistas, no sólo los de ahora, sino de todos los partidos, no han tenido dificultades para financiar sus campañas. Pero entre los opositores, no veo quién pueda sostener una campaña tan larga. Por mucha plata que tengan, siempre serán pobretones frente al candidato oficialista. La utilización de bienes del Estado, así como el hacer política electoral en la entrega de obras, es un tema que se debe poner en debate electoral.
Si al electoralizar de forma temprana al país pretenden acallar las voces que gritan en cada concentración social “Bolivia dijo No”, se equivocaron, pues ese grito acompañará cada acto proselitista el tiempo que dure la campaña por la Presidencia. El ciudadano se siente engañado.
Rodolfo Eróstegui T. es experto en temas laborales.