El órgano electoral ha decidido que el cronograma comience a cumplirse en una semana, desde el 19 de octubre, con la convocatoria  a elecciones en las que las organizaciones políticas definirán a sus binomios.

Para diversos voceros de los movimientos sociales, las primarias favorecerán la participación ciudadana en la designación de candidatos y la democratización interna de los partidos.

Sin embargo, en realidad, la carrera electoral rumbo a los comicios generales de 2019 tiene todavía muchos eventos por cumplirse, de manera que los partidos de la derecha deberán abocarse en lo inmediato a la selección de sus representantes tanto a la presidencia como a la vicepresidencia del Estado Plurinacional, en distintas combinaciones, si así lo prefieren, pero en cumplimiento de sus deberes constitucionales para fortalecer el proceso democrático con un nuevo verificativo de votación ciudadana. 

Definitivamente han quedado atrás argumentos y planteamientos de las derechas para impedir la postulación de autoridades como el actual Jefe de Estado y otras de las filas adversas al Proceso de Cambio.

Les iría mejor, en cambio, si consideran las reconvenciones del Vicepresidente en sentido de que los pequeños grupos opositores depongan actitudes de provocación como las recientemente demostradas en actos públicos.

Los principios de convulsión muestran el tamaño de sus intenciones y la democracia a la que aspiran; una de imposición, griteríos, insultos, intolerancia, según ha descrito el principal colaborador de Evo Morales.

Indudablemente que la población sabrá juzgar estos anticipos de comportamiento. No obstante, el calendario electoral está en marcha y su propio desarrollo terminará absorbiendo a todos, envolviéndolos en una especie de precalentamiento antes de elegir en el segundo semestre del próximo año a quienes deberán continuar de todas maneras la senda ya histórica instaurada hace 12 años.