Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 15 de septiembre de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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En estas últimas horas lo que la ciudadanía conoció es una nueva sindicación delictiva que responsabiliza a su principal autor, José María Leyes Justiniano, del sobreprecio de 29 millones de bolivianos, algo más de cuatro millones de dólares, en la adquisición de “cámaras de vigilancia” que en teoría iban a beneficiar precisamente a la ciudad de Cochabamba. Cámaras que por los elementos presentados en calidad de prueba por el Ministerio Público no sólo que habrían sido objeto de un millonario sobreprecio, sino que, lo que es peor aún, dichas cámaras de vigilancia no se encuentran al presente en funcionamiento.
Estos extremos denunciados durante estos días que transcurren para Cochabamba se convierten en una especie de una nueva puñalada a mansalva propinada por quienes llegaron a la administración de la Alcaldía de Cochabamba precedidos de un ropaje aparentemente democrático, es más, y por si fuera poco, con la autodenominación de “demócratas”, nomenclatura que no sólo tiene una connotación en términos políticos, sino también en términos jurídicos, lo que equivaldría a decir “plena observancia” del “Estado de derecho”, y no precisamente la transgresión de ese “Estado de derecho”, que traducido en otros términos completamente contrapuestos significa “ilicitud”.
“Ilicitud” que pareciera muy bien una consigna que alcanza y a plenitud al conjunto de la autodenominada organización de los “demócratas”, liderada por Rubén Costas Aguilera, dado que este último en su condición de máximo “líder” de los “demócratas” se ha permitido nada menos que “reivindicar” a José María Leyes Justiniano hasta el punto de “declararlo” como al nuevo “mártir de la democracia”. Semejante afirmación vertida más de una vez por el inefable Rubén Costas Aguilera sí que muestra, y de forma muy elocuente, no sólo la ausencia de formación en el principal líder de los “demócratas”, sino que denota y con creces que la gran mayoría de militantes pertenecientes a la organización de los “demócratas” es gente —dicho de manera general— improvisada y a la cual pareciera que le brotarían hasta por los poros un apetito completamente rapaz por apoderarse del erario público, antes que pensar en el país y en el destino de su gente.
Sucede que Cochabamba, en lugar de darse a la tarea de celebrar la conclusión de alguna gran obra proyectada desde el municipio, tal y como debería ser, amaneció por el contrario con la difusión de la noticia de que por una vez más había sido asaltada por su exalcalde, el fantoche José María Leyes Justiniano, guía y faro de Rubén Costas Aguilera.
Semejante afrenta es algo que Cochabamba jamás soñó que realicen en su contra. Pero bueno, pareciera que para eso están los inefables “demócratas”. Juzgue usted, amigo lector.