El hecho en términos generales está así definido, pero lo que faltaba aún es que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), emitiera el reglamento de convocatoria a las elecciones primarias y las elecciones generales, así como la definición del calendario electoral, proceso que debe cumplirse con participación directa del TSE aclarando que un adelanto por parte del Legislativo fue simplemente especulativo.

Bajo tales condiciones es lógico entender que los representantes, delegados e incluso solo militantes de algunos partidos políticos, se preocupen en formalizar los procesos de adecuación a las normas para no perder la oportunidad de ser partícipes en la futura contienda electoral. En ese sentido los ciudadanos bolivianos están amparados para activar políticamente a sus organizaciones.

Como quiera que se trata de una alternativa legal, aunque apresurada en su estrategia operativa, la oposición ha señalado algunas observaciones, las mismas que, sin embargo, no influirán en el contexto general de la Ley de Partidos, aunque posiblemente logre algún efecto en lo que significará el calendario que, a su vez y bajo los argumentos de pleno respeto a la democracia, permite a los partidos de la oposición iniciar sus contactos, entre sí, con algunas opciones selectivas entre ejecutivos de partidos para definir una estrategia que sea competitivo en el inmediato proceso electoral.

A nadie debería llamar la atención el movimiento de líderes políticos opositores, algunos arguyendo su motivación de rechazar la repostulación del binomio oficial, otros demandando respeto al resultado del 21F, algunas representaciones avanzando en planes mayores de buscar alianzas que unifiquen fracciones y consoliden un solo frente opositor, tarea que se la observa como poco probable, pero no imposible, en el marco de las expectativas ciudadanas. En ese plano ya se han mencionado nombres, son varios los ciudadanos que entran en las propuestas ciudadanas, como hay algunos partidos que esperan reciclarse con el tiempo suficiente para nombrar candidatos partidistas y fuera de alianzas o frentes.

La ciudadanía observa con interés el movimiento de líderes políticos, el caso de los llamados demócratas que ganaron tiempo intercambiando opciones, aunque sin llegar todavía a definiciones estructurales con designación de candidatos.

Lo que se critica y se lamenta, es cierta reacción entre algunas autoridades del frente gobernante, cuando critican y llegan hasta los insultos en contra de los políticos opositores que en uso de sus derechos están activando movilizaciones que están plenamente respaldadas y por tanto no tendrían que preocupar al sector oficial cuyos portavoces deben respetar las reglas de juego en democracia.

Para el sector político independiente, como corresponde calificar a los partidos que entrarán en la justa electoral, preocupa el factor de tiempo, considerando que estarán en desventaja para cumplir los procesos de legalización institucional y la inmediata nominación de binomios, por lo que demandan con urgencia al TSE, la aprobación del calendario y reglamento de las elecciones primarias, mientras tanto las "consultas primarias", son absolutamente legales y merecen consideración, pues sólo así se garantizará el libre ejercicio de derechos y libertades ciudadanas.