En la víspera del 208 aniversario de Cochabamba se produjo un episodio bochornoso en la Llajta y en plena sesión de honor de la Asamblea Departamental. Cuando el vicepresidente Álvaro García Linera emitía su discurso en el Centro de Convenciones y Eventos El Portal (donde se llevaba a cabo el evento), la asambleísta de Unidad Nacional (UN), Claudia Bravo, que gritaba “devuélvannos la plata” y ‘Bolivia dijo No’, fue sacada a empujones por la presidenta de la Brigada Parlamentaria, Alcira Carola Arraya Borges.

En medio de los gritos, silbidos y aplausos se escuchaba de fondo decir al ‘vice’: "No le faltan el respeto a Álvaro García Linera, le faltan el respeto a Cochabamba". Ese no fue el único incidente, minutos después la asambleísta Lizbeth Beramendi fue agredida por dos asambleístas del Movimiento Al Socialismo (MAS) y entre jalones de cabellos de ambas partes, salieron del lugar.

Afuera de El Portal estaba instalado un cordón de seguridad para impedir el paso a los opositores al partido de Gobierno.

Esta no es la primera vez en que autoridades del MAS son interrumpidas en actos públicos por defensores del voto del 21 de febrero de 2016 ocasión en la que los bolivianos acudieron a las urnas para decidir si aprobaban o no la repostulación de Evo Morales. La mayoría le dijo ‘No’, pero a finales de noviembre de 2017 el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) le dio el ‘visto bueno’.

Desde entonces numerosos han sido los eventos, tanto dentro como fuera del país, en que los activistas del 21F han interpelado a las autoridades. Una de ellas fue cuando Evo acompañó a Toribio Ticona al Vaticano para su consagración como cardenal.