Medio: El Periódico
Fecha de la publicación: jueves 06 de septiembre de 2018
Categoría: Autonomías
Subcategoría: Departamental
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Precisamente eso es lo que no hemos perdido y nuestros sentimientos aún siguen latentes en los corazones de todos quienes tenemos el privilegio de vivir en esta hermosa tierra con la ESPERANZA de mejores días.
Cuando la Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho” con la participación de autoridades, docentes y estudiantes en un gran gesto democrático visitó las principales ciudades del departamento recorriendo sus calles para decirle SI A LA AUTONOMÍA y al ESTATUTO AUTONÓMICO DEPARTAMENTAL invocando paz y unidad departamental, sentíamos un firme compromiso del pueblo para con la autonomía departamental, ellos nos decían es un anhelo de todos: CONSOLIDAR ESTE PROCESO AUTONÓMICO.
Nuestra Autonomía ha tenido que transitar por caminos sinuosos, a veces con la complicidad de la indiferencia de muchos, pero ahí está, esperando que nuestros políticos y autoridades hagan un buen uso de ELLA para beneficio del pueblo.
Porqué la palabra AUTONOMÍA a la mayoría del pueblo ya no le impresiona ni le provoca emoción ni pasión como antes, al contrario lo vemos al pueblo con una gran apatía y displicencia cuando los políticos y dirigentes hablan de ELLA.
¿Porqué el desencanto del pueblo? , sencillamente porque los frutos de la autonomía no se están dando, parecería que solo sirvió para hacer elecciones y elegir autoridades. Observamos la escasa coordinación entre nuestras autoridades y el pueblo, sigue vigente ese complejo narcisista de antaño (en muchas de nuestras autoridades), donde la autoridad quería todo el poder para sí, siguen en su tarea de incrementar su poder y predominio, absorbiendo la mayor cantidad de recursos para que ellos sean los únicos que determinen su destino. No hay un desprendimiento para compartir el poder ni de acercar sus decisiones al pueblo, son reacios a dar competencias y recursos para que las regiones y comunidades junto a sus autoridades locales decidan el destino de esos recursos en base a sus propias prioridades y necesidades.
Observamos día a día esa absurda disputa de poder entre nuestras autoridades, hablan diferentes idiomas en materia de desarrollo, quieren imponer sus ideas no aceptan sugerencias, no hay un criterio monolítico de lo que se debe hacer en materia de desarrollo en el departamento, son inmunes a las sugerencias y apasionados por el poder, están pensando cómo ganar las próximas elecciones, aunque el gran perdedor por ahora sea el pueblo.
Algunos políticos utilizaron la autonomía para dividirnos y acomodaron sus discursos de acuerdo a las circunstancias y a sus intereses. Cuando están en la oposición se vuelven autonomistas recalcitrantes y cuando están en función de gobierno la palabra autonomía les causa alergia.
La clase política tiene una gran deuda con el proceso autonómico y con el pueblo, tienen tiempo para reivindicarse y resarcir las esperanzas de una Tarija desilusionada. La clase política nos dijeron que la autonomía era para unirnos y el remedio a todos los males de Tarija. El pueblo sigue esperando con estoicismo que germine la semilla prometida por nuestros políticos, de la cual se espera brotará ese árbol cuya sombra nos cobijará a todos.
Parafraseando al gran político, abogado y Presidente del Gobierno de España entre 1976-1981 Dn. Adolfo Suarez, diríamos para terminar “El proceso autonómico tampoco puede ser una vía para la desunión del sentimiento de pertenencia de todos los tarijeños y no tarijeños que habitamos este bello departamento para con nuestra querida Bolivia: La autonomía no puede, por tanto, convertirse en un vehículo de exacerbación regional, ni mucho menos debe utilizarse como palanca para dividirnos “