Las mujeres bolivianas hemos logrado incluir los criterios de paridad y alternancia en la normativa para la elección de la mayoría de los espacios de representación política y administración del Estado; en el legislativo, en las candidaturas a asambleístas, en las listas de senadores/as y diputadas/os, incluidos los de circunscripciones uninominales, donde existe una sola candidatura; también en el proceso de preselección de postulaciones para las elecciones de altas autoridades judiciales y, finalmente, para la elección de vocales del Tribunal Supremo Electoral y tribunales electorales departamentales, habiendo logrado el incremento de la presencia de las mujeres en todos esos espacios.

Sin embargo, existen espacios en los que no se ha logrado incluir estos principios, bajo el argumento de que la paridad no opera en candidaturas de un solo candidato, como es el caso de los gobernadores, alcaldes, presidente y vicepresidente. Solo el 8 por ciento de 348 municipios tiene una alcaldesa, no existe ninguna gobernadora departamental y tampoco hemos tenido una presidenta después de Lidia Gueiler o una vicepresidenta. En las elecciones de 1993 ninguna mujer candidateó para la Vicepresidencia o Presidencia. En 1997, una candidata para la Presidencia y una para la Vicepresidencia. En 2002 se presentaron cuatro mujeres a la Vicepresidencia. En las elecciones generales de 2005, dos mujeres se postularon a la Vicepresidencia. En 2009, una mujer postuló en cada puesto, y en 2014, 3 mujeres candidatearon a la Vicepresidencia de cinco fuerzas que competían.

Aunque la tendencia de postular a mujeres a la Vicepresidencia ha subido, pareciera que la posibilidad de pensar en candidatas mujeres a la Presidencia no pasa por la mente de ninguna de las organizaciones políticas. El tema fue debatido en el tratamiento de la Ley de Organizaciones Políticas, pero no encontró eco ni en oficialismo ni en oposición.

Las diputadas Jimena Costa y Fernanda San Martín presentaron un proyecto de ley para reformar el artículo 52 de la Ley de Régimen Electoral, para aplicar los criterios de paridad y alternancia en la elección de presidenta o vicepresidenta.

Se sabe que no existe voluntad política para dar un paso en este sentido, sin embargo, no cabe duda que los rostros y presencia de mujeres en las candidaturas contribuiría a refrescar y dar una dinámica diferente a los procesos electorales de 2019.