Medio: La Razón
Fecha de la publicación: domingo 09 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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El oficialismo decidió disputar el significado de ese aniversario convocando a una movilización de la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam) para festejar la reconquista de la democracia como un logro de la movilización de las organizaciones populares contra los regímenes militares. Es una reacción a la consigna de “respeto al 21F” que enarbola la oposición, la cual pretende establecer una equivalencia entre democracia y “Bolivia dijo No”. Así, el MAS intenta recuperar la asociación entre lo popular/campesino/indígena y la democracia como expresión de una ampliación de la inclusión social y la participación de sectores populares que se cristalizó, en el plano institucional, en la Constitución Política del Estado Plurinacional. Un nexo que el MAS representó vigorosamente desde principios de este siglo, pero ingresó a una fase de deterioro a partir de los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016 y la reiteración monótona de la estrategia oficialista de la postulación de Evo Morales a pesar de su derrota en las urnas.
Por otra parte, en el discurso opositor es cada vez más recurrente la caracterización del Gobierno como una “dictadura” y de Evo Morales como un “tirano”. También se utilizan los vocablos “autoritarismo” y “totalitarismo” de manera indistinta. O se establece una forzada comparación con Venezuela y Nicaragua. Estos elementos forman parte de una polifonía discursiva que, desde la aprobación de la LOP, se manifestó de manera más nítida denotando la existencia de una diversidad de estrategias de las fuerzas que ocupan el campo opositor, pero que tienden a encausarse a las elecciones generales de octubre de 2109. Es uno de los efectos buscados con la aprobación de la Ley de Organizaciones Políticas por parte del oficialismo.
Así, las tiendas políticas con representación parlamentaria encaran la (re)inscripción de militantes y empiezan a tejer alianzas con miras a los comicios presidenciales. Inclusive varias plataformas ciudadanas reunidas en Sucre declararon, ambiguamente, que “el 10 de octubre culmina la resistencia con el paro nacional para exigir la abrogación de la última ley maldita (se refieren a la LOP)… el 25 de octubre fundaremos la unidad de todos contra el tirano (se refieren a Evo Morales). Para que el 2020 refundemos la democracia… Llegó la hora del enfrentamiento en las calles y la unidad en las urnas. Porque la abstención es la sepultura anunciada de la democracia”.
Así las cosas, el proceso político está encaminado, prematuramente, hacia una intensa electoralización; sin embargo, habrá que esperar el curso de los acontecimientos en torno al 10 de octubre, una fecha que todos debemos celebrar al margen de las diferencias interpretativas motivadas por los avatares de esta coyuntura.