Medio: Opinión
Fecha de la publicación: viernes 01 de diciembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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DIDASCALIA
Fallo antidemocrático y pueril
Este martes, el Tribunal Constitucional Plurinacional
(TCP) emitió una resolución por la que declara la prevalencia de
tratados internacionales sobre la Constitución Política del Estado,
motivo por el que Evo Morales y Álvaro García Linera podrán repostularse en las elecciones de 2019. Este fallo es político, antidemocrático y pueril.
Salta
a la vista la fuerte presión de los órganos Ejecutivo y Legislativo
para la emisión de este fallo. La independencia de poderes, base de las
democracias modernas, no existe en este país, y esta declaración
difumina cualquier duda.
La democracia, además, tiene como
elemento fundamental el respeto de las reglas del juego. En nuestro
caso, están planteadas en la Constitución Política del Estado (CPE). El
presidente Morales desconoce esas reglas y las pisotea solo por un afán
de poder.
En democracia, quien gobierna es el pueblo, él es el
soberano, no el gobernante, este es solo un representante que se
compromete a obedecer al pueblo, tal como lo hizo Evo cuando en 2006
dijo que gobernaría obedeciendo. Se ve que se olvidó de lo que dijo y
ahora desconoce los resultados del referendo del 21 de febrero del 2016,
en el que el pueblo le ordenó que no cambiara la CPE para repostularse.
La sociedad boliviana dijo que no quiere más Evo a partir de 2020.
Una
de las virtudes de la democracia es la alternancia en el poder, debido a
que los representantes pueden expresar y procurar responder a la
diversidad de necesidades de una sociedad. Obama, antes de las últimas
elecciones en Estados Unidos, dijo que tenía posibilidades de ganar si
se repostulaba, pero que la grandeza residía justamente en respetar la
alternancia en el poder. Esto es lo más sano. Pretender eternizarse en
el poder es solo un capricho de las personas que han sido seducidas por
él. Desde aquí se entiende la amistad de Evo con algunos dictadores
africanos.
El artículo 23 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, base del fallo del TCP, reza: “Todos los ciudadanos deben gozar
de los siguientes derechos y oportunidades: (…) de votar y ser elegidos
en elecciones periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e
igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la
voluntad de los electores (…)”. La interpretación de este artículo no
puedo calificarla más que como pueril. Lo que este artículo sostiene es
que los ciudadanos podemos ser elegidos, no reelegidos ni re, re, re,
elegidos, es decir que no supone la elección de dictadores, no supone el
desconocimiento de las decisiones del pueblo y no establece el uso
discrecional de las reglas del juego democráticas.
Lamentablemente,
este escenario se ha presentado a pocos días de las elecciones
judiciales, las cuales ya han perdido absolutamente su verdadero sentido
y se han convertido en una especie de plebiscito, en el que quien vota
válido lo está haciendo a favor del Gobierno y quien vota nulo está en
resistencia y en desacuerdo con los abusos de Evo a la democracia.
Todo
voto tiene sus consecuencias, este domingo acudamos a las urnas
responsablemente y hagamos saber una vez más nuestra voluntad a este
Gobierno y al mundo entero. Bolivia ha sido, es y seguirá siendo un país profundamente democrático, a pesar de los gobernantes que hoy están en el poder