Medio: El Deber
Fecha de la publicación: miércoles 25 de junio de 2025
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El ausente de la jornada fue Andrónico Rodríguez, el candidato del bloque de izquierda, cuya falta fue notoria en un espacio donde se plantearon propuestas concretas para encarar la crisis económica.
Una cita con la producción
Durante las palabras de cierre, los tres candidatos coincidieron en la urgencia de cambiar el rumbo del país. Manfred Reyes Villa calificó la elección del 17 de agosto como “una decisión crucial para no perder el tren del desarrollo” y propuso una Bolivia industrializada desde el sector privado.
“Tenemos que dejar de pensar que el Estado puede hacerlo todo. Ustedes son los que deben industrializar, producir y generar empleo”, dijo a los empresarios. Aseguró que ya tiene compromisos para atraer hasta 10.000 millones de dólares en inversión para estabilizar la economía.
Samuel Doria Medina optó por un tono pragmático. Alertó que el país atraviesa “la peor crisis económica en 40 años” y que la gente ya no llega a fin de mes. Prometió resolver en 100 días la escasez de carburantes y de dólares.
Además, anunció un plan para crear un millón de nuevos emprendimientos en cinco años: “Los emprendedores no postergamos decisiones, actuamos. Ese es el tipo de liderazgo que Bolivia necesita”, afirmó.
Tuto Quiroga, por su parte, apeló a la historia para justificar el cambio. “Hemos vivido 20 años de noche. El amanecer debe comenzar el 17 de agosto”, declaró. Prometió devolver la estabilidad a Bolivia desde el inicio de su gobierno con un plan de emergencia que incluye financiamiento externo y liberación total de las exportaciones.
“El agro no será más la yapita del gas o la minería, será el tronco del nuevo modelo económico”, remarcó.
Compromisos sin condiciones
En una de las intervenciones más simbólicas del foro, los tres aspirantes se comprometieron –sin condiciones– a trabajar con el sector productivo después de las elecciones y apoyar en el parlamento al ganador del proceso electoral. La moderadora les preguntó si estarían dispuestos a sentarse con el agro para coordinar políticas de Estado. La respuesta fue unánime: sí.
Para Klaus Frerking, presidente de la CAO, este tipo de ejercicios “fortalece la democracia y devuelve herramientas a los ciudadanos para elegir con responsabilidad”.
En su discurso de clausura, exigió que lo prometido no quede en palabras. “Desde el agro haremos un seguimiento firme. Bolivia necesita menos discursos y más acciones”, dijo.
Los organizadores anunciaron que elaborarán un documento físico con todos los compromisos asumidos por los candidatos, que servirá como base de seguimiento para el próximo Gobierno.
Un gran ausente
Aunque el debate fue amplio, con propuestas claras y compromisos mutuos, una silla vacía llamó la atención: la de Andrónico Rodríguez, candidato del bloque de izquierda. Su ausencia fue mencionada más de una vez durante el evento y utilizada por sus rivales como símbolo del divorcio del Estado con el agro.
“Nos hubiera gustado que esté aquí. Seguramente hubiera respondido ‘no’ a todo lo que ustedes piden”, ironizó Manfred.
Con la cuenta regresiva hacia el 17 de agosto en marcha, el agro ya dejó claro su mensaje: no quiere más controles, cupos ni empresas estatales deficitarias. Quiere reglas claras, libertad para producir y exportar, y ser el motor de una Bolivia que, por ahora, sigue atrapada entre la escasez y la incertidumbre.