Medio: El Diario
Fecha de la publicación: viernes 07 de septiembre de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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La Constitución simplemente ya no existe para los que traicionaron el respeto a las leyes. “El látigo de la tiranía ya cae implacable sobre nuestros hermanos; su continuo chasquido es un oprobioso silbido que llega a nuestros oídos, que zumba provocativo y sangriento sobre nuestras cabezas, y hiere nuestras almas indomables, excitando la tempestad de nuestros odios”, dice su autor Práxedis G. Guerrero.
Lo cierto es que vamos ingresando peligrosamente a la segunda parte del libreto, que es denominada la más fuerte y feroz por los episodios sangrientos con el uso de los recursos forzados de armas de fuego y canicas. Esto, sin duda, nos llevaría indefectiblemente a destinos funestos para la democracia, como en Venezuela y Nicaragua, y lo hace con todo justificativo que se encuentra, como fue ayer con la muerte de un universitario alteño, hoy son cocaleros muertos en los Yungas, acusados de terroristas.
Las turbulencias políticas arrecian, desfigurando una democracia que costó mantenerla viva y se desconoce su futuro. El voto del Referéndum de 2016 está pronto a derruirse, y a los ciudadanos no nos queda otra que seguir luchando por la libertad.
Al MAS no le queda más que persistir en su afán de quedarse muchos años más, desafiando las negras facetas de la historia de Bolivia, como la caída de los tiranos. Hay que estar alertas ante la arremetida de los dictadores, no queremos que la sangre llegue al río, debemos avanzar en los estamentos de la democracia, porque es la única garantía de ciudadanía, por el compromiso que tenemos con la democracia, porque luchamos para sacar al “Goni” de Palacio Quemado.
Ahora la ingenuidad no nos quepa, como a algunos que todavía creen que el lobo desista de Caperucita. Debemos leer la política regional, de las consecuencias de la ingenuidad del voto. El libreto manchado de sangre ya está en juego con acciones muy lejanas a los designios de Dios.
Posiblemente al agotarse los recursos legales con la ley de organizaciones políticas, vendrán jornadas más sangrientas con las que buscarán acallar, para posibilitar una candidatura engañosa. De suerte que ya no queda otra opción: armarnos con nuevas ideologías claras para la ciudadanía boliviana, que quiere cambios profundos de verdad, con un destino de final feliz para nuestras vidas.