“Primó la buena voluntad para dar certeza al proceso, pero en los hechos se dejó al TSE y al Órgano Electoral librados a su suerte, ya que el apoyo fue simplemente moral. No existió el blindaje necesario ni suficiente”, afirmó el presidente en ejercicio del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, ante los representantes de los cuatro poderes del Estado y líderes políticos, durante la inauguración de la IV Cumbre Multipartidaria e Interinstitucional por la Democracia.

Hassenteufel recordó que en anteriores encuentros se firmaron compromisos para garantizar las elecciones generales, pero todos los compromisos quedaron en los papeles, en un simple apoyo moral.

Ante la presencia del presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choquehuanca, el presidente del TSE recordó que al principio el Ejecutivo ofreció garantías para apoyar el voto en el exterior y otros aspectos logísticos, pero quedó en promesas. Además, contó que desde el Ministerio de Economía y el Banco Central de Bolivia (BCB) cursaron notas diciendo que se harían los desembolsos en función a la disponibilidad de los dólares.

Indicó que pese a todos los obstáculos, el empadronamiento en el exterior se realizó gracias al apoyo de embajadores y ciudadanos bolivianos. Destacó ese esfuerzo y aseguró que no "es sostenible organizar unas elecciones de esta magnitud sin respaldo de las autoridades". 

En su discurso de inauguración, la autoridad sugirió que el análisis y el tratamiento de los créditos, ya que darán viabilidad a las elecciones en el exterior.

Sostuvo que la crisis política también atenta contra el TSE y los propios vocales, quienes incluso fueron víctimas de amenazas por parte de grupos "evistas".  Y ante los hechos de violencia y luto en Llallagua, pidió un minuto de silencio para las víctimas.