A poco más de dos meses de las elecciones judiciales, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ratificó su compromiso con el proceso democrático en Bolivia. Su presidente, Óscar Hassenteufel, aseguró que la votación se realizará el próximo 17 de agosto, tal como está previsto en el calendario electoral. Esto en un ambiente tenso por los bloqueos de caminos que llevan adelante afines al expresidente Evo Morales, que exigen su habilitació,n pese que constitucionalmente está inhabilitado. 
“Quiero resaltar que la convocatoria del Tribunal Supremo Electoral para este encuentro, que fue realizada recién el día martes en la tarde, tuvo una respuesta increíblemente positiva, ya que todos los invitados asistieron”, destacó Hassenteufel tras la reunión institucional con autoridades nacionales, judiciales y candidatos. “Eso muestra que hay una voluntad nacional de llevar adelante el proceso electoral”, subrayó.
Este jueves el TSE organizó la cuarta cumbre interinstitucional y multipartidaria, en la que participaron las 10 fuerzas políticas que pugnarán en las elecciones presidenciales. Las organizaciones respaldaron la realización de los comicios y rechazaron las movilizaciones de Morales, que advirtió con radicalizar la presión.  
En ese sentido, Hassenteufel garantizó que el proceso se mantiene firme. “El 17 de agosto, el pueblo boliviano votará y elegirá a sus nuevos gobernantes”, enfatizó.
Consultado sobre la insistencia de Evo Morales en su candidatura, Hassenteufel evitó emitir una postura personal. “No puedo adelantarles una opinión sobre eso, ya lo hemos dicho varias veces. Si se presentara el caso, nosotros debemos decidir en una sesión de sala plena. Si ahora adelanto una opinión, no podría participar en aquella sesión”, explicó.
Ante la consulta sobre si el expresidente Morales o su sector político representan un peligro para la democracia, el titular del TSE fue categórico: “No tengo comentarios sobre eso”.
La noche de este jueves, la ministra de la Presidencia ofreció una conferencia de prensa para dejar un mensaje a Evo Morales, a quien culpa de la violencia de los últimos días en el país