Medio: La Patria
Fecha de la publicación: sábado 01 de septiembre de 2018
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Un nuevo intento de deslegitimar el referendo del 21 de febrero de 2016, que ratificó el mandato constitucional que limita la reelección del presidente a una sola vez, se debate en el Parlamento; es el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas -el original fue elaborado por el Tribunal Supremo Electoral y reformado por jerarcas del partido gobernante-, que se daba por aprobado sin ningún tropiezo y, menos aún, bajo "fuego amigo". La mayoría parlamentaria del oficialismo garantizaba la aprobación final. Pero surgió lo impensado: un connotado vocal del Tribunal Supremo Electoral puso de manifiesto que la Sala Plena de ese órgano ha indicado "que los resultados del referendo de 21 de febrero están vigentes y son vinculantes". Y hubo más: el nuevo titular del Senado informó: "Con el Órgano Electoral se han coordinado los plazos, por lo que está garantizado que las elecciones primarias se den en enero del 2019 y las generales en octubre. Se ha consensuado vía telefónica". Y, en seguida, la Presidente del Tribunal Supremo Electoral desmintió esa versión: No hubo -dijo- ninguna conversación telefónica con el Presidente del Senado sobre el tratamiento de este proyecto.
Las públicas contradicciones en el oficialismo sobre el carácter vinculante del referendo, pueden ocasionar consecuencias y crear conflictos interinstitucionales. Es que ya es notorio que la uniformidad de posiciones de los oficialistas ha sido rota. Hay cuestionamientos y desmentidos. Esto, precisamente, cuando se inicia la campaña para imponer la candidatura del presidente a una nueva reelección.
"Algo huele mal en Dinamarca". Es que, mientras se va deteriorando el Socialismo del Siglo XXI, y afloran los escándalos de corrupción en varios países miembros del ALBA, aquí los ánimos van cambiando. Pocos estarían dispuestos a secundar una nueva maniobra y correr el riesgo de compartir una estrepitosa derrota -la definitiva. Puede darse, entonces, aquello de que "la victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana". Algunas veces, cuando el barco se hunde y todos escapan el primero que procura salvarse es el capitán.