Medio: El Deber
Fecha de la publicación: jueves 30 de noviembre de 2017
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones judiciales
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La movilización ciudadana, que había sido convocada por redes sociales, pedía reunirse en la plaza 24 de Septiembre para marchar en rechazo al fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y convocar a la gente para que el domingo asista a las urnas para decirle no al proceso de reconstrucción del Poder Judicial, se desbordó.
Miles de jóvenes, de todos los estratos sociales y género, llegaron hasta las puertas del edificio electoral y empezaron a gritar consignas contra la posibilidad que le dio el TCP a Evo Morales para respostularse a la presidencia en 2019 y por los comicios que se vienen.
Antes habían tomado la Brigada Parlamentaria Cruceña. Brian Morón Vargas, activista de la plataforma Me Comprometo Bolivia, explicó que si bien convocaron a la protesta a través de Facebook, rechazan “el daño al patrimonio público" que consideró acciones provocadas por la molestia de algunos y por gente con una doble intención, aunque ratificó el plazo de 48 horas que le dieron al TCP para cambiar su fallo.
Sin embargo, lo que debía ser pacífico se tornó violento. Pese a que algunos líderes de la ‘masa’ trataban de parar lo que se veía venir, la turba fue más fuerte y luego de hacer añicos las puertas de blindex y estuvieron a punto de tomar el TDE, que para esa hora, poco antes de las 20:00, ya había sido desalojado.
Apareció en el lugar la Policía y en un intento por frenar todo, el comandante departamental, Rubén Suárez, se llevó como ‘recuerdo’ un ladrillazo en las costillas. Cuando parecía que las cosas se calmaban, una vez más la violencia se impuso. “Hay que quemar el Tribunal
Electoral”, gritaban. “No somos delincuentes, compañeros, los maleantes están en el Gobierno y en la Alcaldía”, gritaba un grupo que se había puesto entre la turba y la policía.
Una bengala comenzó todo. Luego vinieron las piedras y los cohetes que cumplieron su cometido: hacer que la Policía reaccione y gasifique. La marcha transformada en turba comenzó a correr en todas direcciones, mientras el humo cubría el TED y las calles del centro. Por unos minutos todo fue gritos, carreras, explosiones y detenciones.
Luego todo fue calma y patrullaje, mientras la marcha trataba de rearticularse en la plaza 24 de Septiembre. Allí instalaron una vigilia mientras Suárez denunciaba que eran gente pagada para causar destrozos.