Medio: VISION 360
Fecha de la publicación: martes 03 de junio de 2025
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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La historia le dio una oportunidad y llegó a ser ministro de Desarrollo Económico en los gobiernos del extinto general Hugo Banzer Suárez (+) y del entonces presidente Jorge Tuto Quiroga. Hoy postula a vicepresidente con la alianza Unidad. En entrevista con Visión 360, José Luis Lupo cuenta los retos que implica la carrera electoral actual y remarca la imperiosa necesidad de que existan comicios presidenciales, debido a que en su criterio, Bolivia afronta una coyuntura “por demás complicada”.
“Tiene que haber elecciones. Ya enfrentamos una coyuntura por demás complicada en lo económico y en lo social”, señaló.
¿Qué lo motiva a ser vicepresidente?
Muchos me hacen esa pregunta: ¿A esta altura de tu vida, habiendo trabajado desde tus 19 años y pudiendo disfrutar de tu tiempo libre y de tus nietos, para qué te metes en esto?
La respuesta es simple: lo hago justamente por ellos. Porque no quiero que hereden un país en ruinas como el que hoy tenemos. Porque quiero que puedan vivir, crecer, desarrollarse profesionalmente y estar orgullosos de su país y de las oportunidades que este les brinde.
Creo que Bolivia se merece un mejor presente y un mejor futuro, tiene todas las potencialidades para ello y si puedo aportar a que esto se logre, lo haré con total convicción. Creo que con mi experiencia y mi conocimiento puedo aportar a sacar a Bolivia de la crisis y a comenzar a recorrer un camino de progreso y prosperidad. Me involucro en esta lucha, además, porque nos necesita a todos, a cada uno de nosotros.
¿Qué considera que le puede aportar al país, si logra ser vicepresidente?
Gracias a la larga trayectoria que he recorrido, no solo como funcionario público, habiendo sido ministro de cinco carteras en tres gobiernos diferentes antes de mis 40 años, sino también en más de 25 años de carrera en organismos internacionales con altas responsabilidades como el BID y la CAF, tengo una larga experiencia y conocimiento de mi país y también de la región.
He sido parte de proyectos que han tenido un gran impacto positivo en la vida de la gente en países vecinos como Brasil, Argentina y Colombia, por ejemplo, y he visto la manera de implementarlos de manera exitosa.
Como también mencioné antes, creo que la crisis que enfrentamos hoy no solo es económica o social, también es moral. Y por eso estoy convencido de que para salir de esta, necesitamos un liderazgo que sea técnico, pero también ético. Es por eso que estoy seguro de que el binomio de la responsabilidad que representamos Samuel y yo es la mejor opción para el país.
Cuando Samuel lo presentó, mencionó que usted tiene la experiencia en haber resuelto siete crisis económicas a lo largo de nuestro continente. ¿En qué países tuvo esa experiencia y cuál es el caso que más se parece al de Bolivia?
Desde diferentes lugares y en diferentes momentos, he tenido la oportunidad de estar involucrado en procesos que representaron importantes desafíos en países de la región. Por ejemplo, la implementación del decreto 21060 en Bolivia en 1985, la crisis financiera en México en 1994 más conocida como la “crisis del tequila”, que tuvo impacto en toda la América Latina. O la crisis económica de Ecuador entre 1998 y 1999, que reconfiguró su economía hasta el día de hoy.
También estoy muy familiarizado con las crisis que enfrentó Argentina, más de una en las últimas décadas, y una de la que aprendimos mucho y recuerdo especialmente es la crisis en Brasil conocida como el “Plan Cruzado”, que enfrentó la hiperinflación que vivía esa nación en ese momento, a mediados de los ochenta. Desde la función pública en Bolivia y, sobre todo, desde diversas responsabilidades en organismos internacionales, he tenido la tarea de analizar escenarios y también de desarrollar, planificar y ejecutar programas en medio de estas crisis con el objetivo de ayudar a superarlas.
De llegar a ser vicepresidente, deberá encontrar consensos con las bancadas opositoras. ¿Está dispuesto a devolver institucionalidad a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP)?
Por supuesto es una de nuestras prioridades, porque sin institucionalidad no vamos a poder resolver los problemas económicos que tenemos. No solo de la ALP, también en la Justicia, y también devolviendo la autonomía a entidades como el BCB, por ejemplo.
Nuestro gobierno va a ser un gobierno de diálogo y acuerdos, no de pactos. Va a ser un gobierno que acuerde con todos los factores del país que estén dispuestos a sumar para alcanzar los mismos objetivos, que no son otros que resolver la crisis y devolver la esperanza a la gente que hoy la está pasando mal. Todo esto tiene que estar enmarcado en la institucionalidad y el respeto a las leyes y a las reglas. Si no recuperamos eso en el país, va a ser imposible sacarlo del hueco en el que está y mejorar la vida de los bolivianos.
¿Qué es lo primero que deberá resolver el nuevo gobierno para el país?
Lo primero que debemos hacer es actuar de emergencia y en los primeros 100 días parar la crisis. En 100 días vamos a detener la caída libre en la que nos encontramos, crear un fondo de estabilización, traer dólares y parar la inflación.
Ese es solo el principio, es la etapa de la emergencia. Luego tenemos un plan y un equipo que Samuel ha venido presentando a lo largo y ancho del país desde hace meses, que hemos llamado Soluciones, que tiene propuestas concretas para todos los sectores y regiones, como por ejemplo las autonomías económicas, una Bolivia abierta al mundo, un país en el que el mérito importe, una revolución del turismo, un millón de nuevos emprendimientos, el cuidado de nuestros bosques y nuestro medio ambiente, la no reelección, entre muchos otros. Tengamos una certeza: nuestro país es viable. Tenemos alimentos, agropecuaria, litio, minería y mucho talento humano.
De llegar al poder, ¿los ajustes se harán como en los 80 con un decreto? ¿Es posible emitir en Bolivia un decreto 21060 del siglo XXI?
El plan de emergencia, la etapa de shock sobre todo fiscal, sí vamos a poder hacerla en su gran mayoría por decreto. Esto nos va a permitir parar la crisis y arrancar con la estabilización de nuestra economía. Sin embargo, para que este proceso sea sostenible y definitivamente exitoso, tiene que estar acompañado de cambios legislativos y nuevas leyes relacionadas con la inversión, con los hidrocarburos, con la minería, entre otros.
Es por eso que nosotros venimos trabajando un plan integral que no solo es económico, sino también político, legal y social, que nos permitirá lograr un verdadero y profundo cambio en el país.