Cuando faltan 78 días para la realización de las elecciones generales en Bolivia, la red televisiva UNITEL publicó una encuesta de intención de voto, que fue realizada por la empresa Ipsos-Cies Mori, con sede en la ciudad de Santa Cruz.

Según la ficha técnica que se dio a conocer, se entrevistaron a 2500 personas, cumpliendo todos los parámetros para estudios de esta naturaleza, calculando una confianza del 95% y un margen de error del 2,2%. Esto quiere decir que en los porcentajes que se le asigna a cada candidato podría existir una variación hacia arriba o abajo de esa magnitud. Por ejemplo, Tuto Quiroga, que marca 18%, podría en realidad, tener 20% o 16% … y así todos los demás.

Este es un primer dato para tener cuenta. Dada la cercanía entre Samuel que tiene 19% y Tuto con 18%, podríamos decir que ellos están en un empate técnico. Y la distancia con Andrónico que marca 14% tampoco es muy grande, repito, teniendo en cuenta el margen de error de la encuesta. Este porcentaje algo sorpresivo hacia abajo de Andrónico, puede explicarse por la incertidumbre de su habilitación, pero sobre todo porque una parte del 27% que dice ninguno, blanco o está indeciso, todavía sigue a Evo Morales y podría decantarse muy probablemente, al final, por Andrónico.

El otro dato sorpresivo es el bajo porcentaje que marca Manfred. Da la impresión de que no escogió muy bien su binomio y se cayó, principalmente en Santa Cruz. Los demás candidatos parecen más bien residuales y queda la incógnita de a quién favoreció la no inclusión de Jaime Dunn en el estudio.

No hago ningún análisis de los resultados departamentales, porque el margen de error de la encuesta es muy alto y no permite sacar conclusiones válidas. 

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Entonces, la investigación nos permite una conclusión muy clara: estamos ante una elección abierta, en un ambiente de incertidumbre, donde casi una tercera parte del electorado no se siente representada por ninguno de los candidatos en carrera.

Sin duda que estos datos deberían llamar a la reflexión a los protagonistas de la elección. Que ninguno de ellos haya logrado persuadir, ni siquiera a una quinta parte del electorado, es algo que debería preocupar mucho a los estrategas de las campañas.

Por tanto, no hay nada concluyente todavía que nos pueda ofrecer esta medición, con relación a una prospectiva electoral. No hay tendencias establecidas, aún existe mucha indefinición y dudas en el electorado. Seguramente tendremos que esperar una nueva encuesta, después del 6 de junio, para que el panorama esté más claro.

Sin embargo, hay algo que no parece que vaya a cambiar. La dispersión en el campo democrático es muy evidente y se constituye en un riesgo inocultable si se mantienen en esa situación. En cambio, está claro que Andrónico Rodríguez es el que concentra mejor el voto del neopopulismo autoritario y es muy probable que vaya creciendo, cuando a los seguidores radicales de Evo Morales se les haga irreversible su inhabilitación como candidato y, paralelamente, se vayan diluyendo las aspiraciones de Eduardo del Castillo y de Eva Copa.

La encuesta de UNITEL ratifica la necesidad de retorno a la sensatez de las fuerzas democráticas en la búsqueda incansable de la UNIDAD. Ojalá los candidatos en cuestión se sientan aludidos y actúen en consecuencia, con patriotismo y generosidad.

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