Medio: El Día
Fecha de la publicación: martes 04 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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El Gobierno apela a este nuevo atajo porque ninguna de las vías anteriores le ha servido para posicionar la idea de que hay una necesidad o interés nacional detrás de la angurria por la perpetuidad de Evo Morales, cuyo alejamiento de la presidencia –según dicen-, significará la hecatombe para el país, sin mencionar lo que ocurriría con los astros y los fenómenos naturales.
El Referéndum del 21 de febrero de 2016 por el que tanto insistió el régimen y que precipitó por encima de las normas y los procedimientos, no solo le cerró el paso a la reforma de la Constitución que impide un nuevo mandato, sino que posicionó en el mundo entero, la pérdida de popularidad del “proceso de cambio”, la desilusión de la gente con el “gobierno indigenista” y el descontento ciudadano con la crisis económica, los abusos de poder y la corrupción.
Aquella consulta hizo despertar a la gente, motivó el surgimiento de un nuevo modelo de participación política a través de las plataformas ciudadanas, que no solo le han ganado en las urnas al oficialismo, sino que también lo han vencido en las calles, al extremo de que las principales autoridades se cuidan mucho de aparecer en público, porque no hay ocasión en que no salgan abucheados y con enérgicos reclamos de respeto a la voluntad soberana.
El siguiente paso fue la chapucería política más grande que haya cometido el Gobierno, que se ganó la burla mundial al reclamar la reelección indefinida como un derecho humano. Con este intento, el primer mandatario se ha hecho llamar “dictador” en numerosos foros internacionales y de conseguir sus propósitos, no hay duda que su imagen y su nombre quedarán desdibujados por completo, sin un mínimo del valor que les atribuyeron en el pasado.
El Gobierno podría arremeter con ese instrumento que le otorgó el Tribunal Constitucional. Dispone de todo el poder hacerlo, tiene cooptado el total del sistema institucional del país y en los hechos hace mucho que ejerce como régimen totalitario. El problema es que, si bien existe la voluntad y los bajos instintos para seguir los pasos de Maduro o de Ortega para continuar a como dé lugar, los bolivianos son muy diferentes a los venezolanos y nicaragüenses y las autoridades saben que en el país existe muy baja tolerancia a la tiranía. De hecho, este nuevo intento de disfraz a través de la trampa de las primarias, está comenzando a desatar el malestar y a provocar un ambiente conflictivo muy erosivo para el esquema gubernamental.
Este nuevo intento de disfraz a través de la trampa de las primarias, está comenzando a desatar el malestar y a provocar un ambiente conflictivo muy erosivo para el esquema gubernamental.