Medio: Correo del Sur
Fecha de la publicación: sábado 01 de septiembre de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Ante la inminencia de que estamos a merced del clima, urgen medidas preventivas. Los diferentes niveles de gobierno deberían incluir en sus partidas el dinero suficiente como para ejecutar proyectos de educación que permitan enfrentar las próximas carencias pero, en lugar de eso, deberán destinarse recursos no sólo para la realización de elecciones primarias a nivel de los partidos políticos sino también para el mantenimiento de éstos.
El otro gran problema de salud pública es más sectorial pero, debido a que involucra la vida de centenares de personas, tiene que ser afrontado por el Estado, de manera general. Se trata del cada vez más creciente grupo de personas con cáncer.
La gravedad del problema se advirtió en junio de este año, cuando esos pacientes asumieron la medida de la autocrucifixión, en La Paz, debido al cierre de la unidad de radioterapia del hospital general. Cuando eso ocurrió, los bolivianos supimos que los equipos fueron adquiridos, o donados, hace 20 años y no fueron renovados desde entonces.
Ante la magnitud de la situación, era obvia la urgencia de un hospital oncológico, por lo menos uno, para atender a las personas que necesitan quimioterapia y radioterapia pero, en lugar de eso, el Gobierno se preparaba para inaugurar un nuevo palacio presidencial, uno que se empeña en llamar “la casa grande del pueblo”.
Con esos dos botones de muestra podemos afirmar que, mientras el país marcha hacia un lado, el Gobierno está en otro y, debido a ello, no existe sintonía con el pueblo.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) se lleva bien con los movimientos sociales, pues éstos se benefician de aquel, con los cocaleros del Chapare y adherentes –que son los dueños de los parques nacionales– y con sus militantes. Cree, equivocadamente, que el respaldo de todos estos colectivos representa el del pueblo mayoritario pero no es así.
El pueblo llano, aquel que no se involucra en la política partidaria, es el que o no tiene trabajo y, si lo tiene, es informal. Es ese que padecerá por la falta de agua en los periodos de sequía o el que está expuesto al cáncer y otras enfermedades. Este pueblo no goza de las mieles del poder y espera que sus necesidades sean atendidas.
Pero el Gobierno está en otra cosa.
Para la actual administración, la prioridad es allanar todos los obstáculos para la repostulación de Evo Morales. El MAS y sus bases –los cocaleros del Chapare– ya han decidido que no cederán el poder ni siquiera por cinco años y, para ello, han cerrado filas en torno a Evo Morales. Él, y solo él, debe ser el presidente. El obstáculo es la Constitución Política del Estado, que señala con claridad que el presidente no puede volver a postularse, a menos que pase un periodo presidencial con otro al mando, así que se está utilizando varias recetas para burlarlo.
Una de ellas es la realización de elecciones primarias y, para ello, se aprobó la Ley de Organizaciones Políticas con una velocidad impresionante. Mientras una ley para los enfermos con cáncer duerme el sueño de los justos en el Congreso, esta otra pasó por todas las etapas, incluso con correcciones.
Lo que buscan las primarias es legitimar la repostulación de Evo Morales. Por eso aprobaron la ley con tanta prisa, olvidando que en el país existen necesidades urgentes.
Así, queda confirmado que la prioridad del Gobierno no es el pueblo sino la eternización de Evo Morales en el poder.
El cambio climático ha puesto a la población a merced del clima, por lo que urgen medidas preventivas. Hay urgencia de un hospital oncológico, cuya carencia ha movilizado a los mismos pacientes. La informalidad del empleo no se revierte. Pero el Gobierno está en otra cosa