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Medio: La Razón
Fecha de la publicación: miércoles 21 de mayo de 2025
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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El periodista Edwin Cacho Herrera y el investigador Roger Cortez advirtieron que las elecciones nacionales programadas para el 17 de agosto están en riesgo debido a la debilidad institucional del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y su subordinación al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), al que ambos atribuyen una conducta arbitraria y politizada.
En entrevista con Piedra, Papel y Tinta de La Razón, coincidieron en que el panorama político actual refleja una crisis del sistema democrático, y la falta de firmeza del Órgano Electoral podría influir en el proceso electoral.
Elecciones
Para Cortez, la actual debacle institucional comenzó en 2017, cuando el TCP habilitó a Evo Morales para una nueva postulación presidencial pese a que la Constitución prohíbe más de dos mandatos consecutivos y a que Morales había perdido el referéndum de 2016 que buscaba eliminar esa restricción. Ese fallo, afirmó, marcó el inicio del debilitamiento del orden constitucional.
Este año, sin embargo, el mismo TCP emitió otro fallo que ratifica la prohibición de la reelección continua o discontinua para Presidente y Vicepresidente. Cortez considera que esta aparente rectificación no responde a un compromiso democrático, sino a una lógica política destinada a excluir selectivamente a ciertos candidatos en las elecciones, como el propio Morales, lo que generó la pasividad en la oposición.
“La oposición no reacciona porque está encubriendo al Tribunal. El TCP le niega la candidatura a Morales, y eso le resulta funcional. Pero lo que hay detrás es un fallo arbitrario, antojadizo y peligrosamente instrumentalizado”, dijo.
Una oposición sin estrategia
Herrera apuntó a la debilidad estratégica de las fuerzas opositoras, a las que acusó de centrarse únicamente en alcanzar una segunda vuelta, sin un proyecto político claro.
“La oposición está pensando en cómo acomodarse mejor en la votación, no en ofrecer un horizonte político real. Lo que predomina es el marketing, no las ideas”, lamentó.
Además, cuestionó la fragmentación del liderazgo cívico-político cruceño, dividido en “al menos cinco bloques” en estas elecciones: Luis Fernando Camacho y Vicente Cuéllar respaldan la candidatura de Samuel Doria Medina; Rómulo Calvo va con Manfred Reyes Villa; y Branko Marinkovic lidera la lista de senadores de la alianza Libre de Jorge Tuto Quiroga. A eso se suma el respaldo de los Demócratas de Rubén Costas a Tuto Quiroga.
“Santa Cruz se ha partido en cinco. Camacho cree tener la llave del departamento, como si fuera su propietario. Eso ha generado distanciamientos con Cuéllar, que ya se notaron durante el paro de los 36 días, y una rivalidad abierta con Rubén Costas. Mientras el liderazgo cruceño no se ordene, el anhelo de tener poder político real no se concretará”, explicó Herrera.
Andrónico, entre las corporaciones
Ambos entrevistados también cuestionaron la candidatura del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, a quien calificaron como rehén de sectores corporativos con intereses oscuros.
“Dos fuerzas patrocinan su candidatura: los cooperativistas mineros, en especial los auríferos, que operan como minería pirata, y los mal llamados interculturales, en realidad colonizadores que promueven el tráfico ilegal de tierras. Ese es hoy el negocio ilícito más grande del país, incluso más que el narcotráfico”, denunció Cortez.
Un TSE sin peso institucional
Herrera asegura que el TSE atraviesa por una grave crisis interna, sin liderazgo ni jerarquía, y que perdió su condición de poder.
“Hay una pérdida de institucionalidad. El TSE actúa como si fuera un apéndice judicial. Ha dejado de tener peso específico como órgano del Estado. Si no asume su rol con firmeza, las elecciones del 17 de agosto están en vilo”, advirtió.
Ambos denunciaron que los recientes amparos que suspenden candidaturas, como el interpuesto por Peter Erlwein Beckhauser contra el Movimiento Tercer Sistema (MTS), forman parte de un plan deliberado para postergar el proceso electoral.
Para Herrera, que Erlwein haya admitido que actuó por “despecho”, debe ser motivo suficiente para que sus acciones sean desestimadas.
“No es una casualidad. Este desorden es prácticamente parte de un plan que se está ejecutando en este momento”, denunció.
Por su parte, Cortez advirtió que Bolivia vive bajo un “régimen de excepción de facto”, en el que el Poder Ejecutivo y el Judicial actúan coordinadamente para neutralizar al Legislativo y someter al TSE.
¿Hacia la prórroga?
Herrera apuntó directamente al presidente Luis Arce, a quien acusó de encabezar un intento de prórroga de mandato con la suspensión de elecciones.
“Primero anuncia que no será candidato, y a los dos días aparece encabezando la lista al Senado. Es poder por el poder. Es una muestra más de la decadencia institucional. Hay que abrir un debate urgente para buscar salidas democráticas antes de que sea tarde”, señaló.
Ambos coincidieron en que la única forma de encauzar el proceso electoral es con un TSE independiente y valiente, que se niegue a obedecer fallos que violen la Constitución.
“El Tribunal Electoral debe declarar que no obedecerá ningún fallo que viole la Constitución. Si no lo hace, el proceso electoral está condenado al caos”, aseveró Cortez.
Finalmente, propusieron un pacto político serio entre oficialismo y oposición, con el compromiso de respetar las reglas democráticas.
“Si no hay una enmienda de los conductores del proceso electoral y los actores políticos tomando como base la Constitución, las posibilidades de salir adelante será muy difícil de encontrar”, concluyó Cortez.