Medio: La Patria
Fecha de la publicación: viernes 31 de agosto de 2018
Categoría: Legislación electoral
Subcategoría: Leyes nacionales y decretos reglamentarios
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Desde que la Comisión de Constitución, Legislación y Sistema Electoral de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley de Organizaciones Políticas y lo hizo con varias y sustanciales modificaciones, entre las que contempla elecciones primarias al interior de los partidos antes de las elecciones del 2019, el ambiente político se agita en el país y fuera de la alegría oficialista, opositores y analistas coinciden en reconocer que se aplicó una "jugada maquiavélica", tras el propósito de postular sin problemas al binomio del partido gobernante.
Con la aprobación previa de la Cámara Baja, el oficialismo estuvo apurando el tratamiento de la Ley y sólo faltaba el toque final en la Cámara de Senadores, que se preveía para la jornada que cierra el mes de agosto, con lo que ese proceso por lo menos en su parte estructural, estaría oleado y sacramentado,
Uno de los aspectos más sobresalientes, es que se prevén las elecciones primarias para el mes de enero 2019, es decir con sólo cuatro meses por delante para que los partidos políticos, se actualicen, legalicen y estén en condiciones de mover sus bases para la conformación de binomios que deben participar sí o sí de las elecciones primarias, es un requisito.
Por lo menos hasta donde se avanzó, se indica que la ley no aprueba un cronograma en detalle, sólo establece plazos máximos y mínimos, que deben cumplirse y que luego el Tribunal Supremo Electoral (TSE) definirá el calendario oficial a partir de una convocatoria que deberá publicarse, una vez que sea aprobada y promulgada la Ley de Organizaciones Políticas.
Sin embargo de los correteos para aplicar la jugada magistral, autoridades del Órgano Electoral Plurinacional (OEP), advirtieron de manera oficial que "técnicamente podría ser inviable la realización de las elecciones primarias para elegir binomios presidenciales para la elección del 2019", el hecho es resultado del apresuramiento de legisladores que no cumplieron con ciertas normas como la de convocar a los vocales del TSE, para estudiar modificaciones y planteamientos de ajustes necesarios, en una norma que regirá la futura actividad política del país.
Sobre el mismo tema, el TSE aclaró que en su proyecto que incorporó las primarias, consideraba su aplicación recién a partir de las elecciones presidenciales del 2024, debido precisamente a limitaciones técnicas y operativas que mostraban la imposibilidad de adelantar tal proceso.
Pero las cosas se dan de otro modo cuando el Gobierno y su mayoría legislativa en las dos cámaras, entendieron que forzar las primarias para el próximo comicio tiene el sentido práctico de "diluir la acción de las plataformas que defienden el 21F", presionando a la oposición en general para que se ocupe de organizar sus corrientes políticas y participar en la presentación de binomios.
La jugada, que si fue "craneada" merece elogios a su autor, puede que también es el simple resultado del apresuramiento político oficialista por definir la postulación del binomio oficial, que como se observa parece que todavía no está definido.
Con una ley aprobada, se abre la opción para los partidos que deseen postular candidatos, aunque según se observa no hay propuestas ya adelantadas frente al criterio colectivo de "empujar" una fuerte alianza de las corrientes de oposición con candidatos que aúnen y no dividan. Si se logra ese objetivo, persistirá la defensa del 21F y además el proceso democrático nacional, pasará por una instancia de legalidad, aunque no de legitimidad. Un asunto para nada secundario.