Medio: El Deber
Fecha de la publicación: viernes 07 de marzo de 2025
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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El "patriarcado" y el
"machismo" campean en Bolivia, donde persisten el acoso y la
violencia política contra las mujeres que ejercen cargos de autoridad y no se
ha trabajado suficientemente en el empoderamiento de liderazgos femeninos,
afirmó en una entrevista con EFE la diputada indígena y precandidata
presidencial Toribia Lero.
Auditora y activista, Lero pertenece
a la nación indígena Sura, que se extiende en territorios de las regiones de
Oruro y Cochabamba, y llegó al Parlamento con la sigla de Comunidad Ciudadana
(CC), la alianza opositora liderada por el expresidente Carlos Mesa
(2003-2005).
"El patriarcado, el machismo
campea en toda Bolivia, en todos los niveles. Es cruel", sostuvo
la parlamentaria.
Lero mencionó el emblemático caso de
la concejala aimara Juana Quispe, cuyo asesinato en 2012 tras sufrir
acoso y violencia política impulsó la promulgación de una norma contra
estos delitos, aunque obtuvo sentencia recién en 2024.
La diputada lamentó que no hubiera
una "justicia rápida y efectiva" en este caso, al ser los principales
acusados un exalcalde y dos exconcejales del gubernamental Movimiento al
Socialismo (MAS).
Además, cuestionó que la
principal organización de mujeres campesinas de Bolivia, que lleva el nombre de
la líder indígena Bartolina Sisa y ha sido aliada de los Gobiernos del
MAS, se apartó de ese juicio y no hizo nada para poner "un alto a estos
actos de abuso cruel" que sufren las mujeres en la política.
"Quienes sufren acoso y política
no son cualquier mujer, sino las que fiscalizan, las que están al tanto del
cumplimiento de normativas, las que quieren algo bueno para su municipio, su
departamento o a nivel nacional", alertó.
La diputada fue proclamada candidata
presidencial a las elecciones generales de 2025 por la Coordinadora de Movimientos
Indígenas, algo que desató la "furia" de oficialistas como el
diputado Héctor Arce Rodríguez, quien, ella aseguró, le tildó de
"disfrazada".
Lero lleva el activismo en la
sangre, pues su abuelo fue Juan Lero Ponce, un 'mallku' (autoridad indígena)
que defendió los territorios originarios y fundó el primer gobierno indígena en
el siglo XIX, aunque ese legado ha sido poco difundido porque "estaba
prohibido hablar de las luchas anticoloniales".
También tuvo el ejemplo de su padre,
trabajador minero durante 35 años, y su madre, que enviudó joven y debió sacar
adelante a sus once hijos.
Un evento que marcó su vida fue la
primera la marcha indígena desde la Amazonía hacia La Paz que en 1990 puso en
el mapa por primera vez a esas etnias ignoradas durante décadas por el Estado.
"Me impresionó tanto, lloré muy
profundo al ver que en Bolivia no solamente éramos aimaras, quechuas o
guaraníes, como decía la enseñanza, sino que había otros pueblos, idiomas y
culturas en el Chaco, el oriente y la Amazonía", confesó.
Así, su primera meta fue vincularse
con los pueblos amazónicos, algo que logró mediante su trabajo con las
organizaciones indígenas de Oruro y Cochabamba, y luego con el Consejo Nacional
de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq).
Según Lero, tras la aprobación
en 2009 de la nueva Constitución que reconoció a 36 pueblos indígenas,
surgieron "las primeras demandas" para la "implementación y
efectivización" de los derechos de estas naciones.
La "respuesta" del entonces
Gobierno de Evo Morales (2006-2019) fue "la masacre de Chaparina", la
brutal represión policial en 2011 de otra marcha indígena contra un proyecto
para construir una carretera que partía en dos una reserva natural sin
consultar a sus habitantes.
"Y a partir de ello, Evo Morales
se ensaña con nosotros, destruye nuestras organizaciones, nos quita todo, nos
despoja y nos hace perseguir", lamentó.
Para Lero, el MAS ha acallado las
voces disidentes indígenas mediante un
"monopolio" de la representación de estos pueblos, promoviendo la
idea de que quienes no están con ese partido "son traidores" y
"vendepatrias".
"Eso ha calado", deploró y
agregó que ella misma sufrió esa violencia y acoso político "desde el
primer día" en el Parlamento por ser indígena en un partido opositor.
Lero criticó que la paridad y
alternancia establecidas en las normas electorales no se apliquen para
el binomio presidencial y consideró que las que postulan a esos altos cargos lo
hacen "sin la posibilidad " de ganar.
"Es que no hay suficiente
trabajo de empoderamiento del liderazgo de la mujer en la política. Nos falta
trabajar un poco más", agregó.