Medio: EJU TV
Fecha de la publicación: sábado 08 de marzo de 2025
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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Hoy, se conmemora el día internacional de la mujer. No es un día para
celebrar ni para recibir flores y abrazos. Es una fecha para reivindicar los
derechos de las mujeres, y el todavía largo camino que debemos recorrer para
lograr la equidad y la igualdad de derechos con los hombres.
Es verdad que avanzamos mucho en los últimos años, y resulta innegable que
conquistamos muchos derechos, sobre todo políticos, como la paridad y
alternancia, pero también es evidente que todavía en el mundo, y en nuestro
país, las mujeres conforman la mayoría de los analfabetos, son la mayoría de
los pobres, ganan menos dinero que los varones por el mismo trabajo,
constituyen dos tercios de las víctimas de trata de personas y los feminicidios
son la plaga de nuestro tiempo.
Cuando llegamos a puestos importantes, o desempeñamos cargos, que hasta
hace poco estaban reservados sólo a los hombres, como es mi caso, el camino se
vuelve cuesta arriba y lleno de tropiezos y obstáculos. Yo puedo testimoniar,
como las mujeres, sobre todo las más jóvenes, somos víctimas de todo tipo de
agresiones cuando nos atrevemos a irrumpir en el mundo del poder y donde se
toman las decisiones.
Hace pocos días, por ejemplo, cuando realicé una propuesta al bloque de
unidad de la oposición, fui inmediatamente descalificada por un señor mayor y
experimentado político, y luego atacada en las redes sociales por un ejército
de “guerreros digitales”.
Lamentablemente, ese tipo de reacción no es una sorpresa. Cuando una
mujer joven plantea algo que no les gusta, o amenaza el poder de algunos
varones, la respuesta siempre es violenta y descalificadora. Hace más de cuatro
años que soy diputada y así ha sido invariablemente. De hecho, actualmente
estoy enjuiciada por un diputado acusado de pedofilia, solamente por haberme
negado a compartir un set de televisión con ese despreciable sujeto.
A mi naturaleza de mujer y joven, que la cultura machista considera deméritos
para ejercer cargos de responsabilidad política, en mi caso he tenido que
soportar, además, la discriminación por ser cruceña. En un ambiente cargado de
hostilidad y discriminación por parte de los diputados y diputadas del MAS,
sufrí acoso político, ataques y hasta agresiones físicas, todo este tiempo, por
el hecho de ser mujer, joven y cruceña.
Pero lejos de intimidarme, asustarme o rendirme, hoy me siento más
empoderada y decidida que nunca. Creo que las mujeres, sobre todo las jóvenes y
en mi caso particular, las cruceñas, tenemos el derecho y la obligación de
reclamar nuestro lugar en la toma de decisiones. Debemos exigir, con vehemencia
y sin desmayo, que nos respeten y nos consideren iguales y con los mismos
derechos que los varones, en todos los campos.
Por todo eso, aprovecho este 8 de marzo, para enviarles a todas las
mujeres de Bolivia, mi mensaje de sororidad y compromiso en la lucha por hacer
prevalecer nuestros derechos a la igualdad, la libertad y la democracia.