Medio: La Razón
Fecha de la publicación: martes 04 de marzo de 2025
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Hace 200 años declaramos la independencia para gozar de la soberanía, libertad e independencia; el gran sueño adoptó la forma de república, siendo la democracia la forma de convivencia; la trilogía de Abraham Lincoln de gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, sería nuestro derrotero. La disposición de Bolívar, aboliendo la servidumbre y haciéndonos ciudadanos, quedó pendiente de una reglamentación; así se prolongó el pongueaje de los campesinos y reinó el voto calificado, siendo la democracia un privilegio de los que sabían leer y escribir y tenían renta propia; marginando de la vida política a las mujeres y los indígenas.
En 1956 se estrenó el voto universal, el MNR obtuvo la mayoría absoluta, la concreción de la nacionalización de las minas y la Reforma Agraria era motivo de esperanza. Sin embargo, el gobierno negó lo que pregonaba: el plan Eder-Siles volcó la crisis económica sobre el pueblo y el código Davenport subastó el petróleo a la inversión extranjera; obreros y campesinos en el Congreso Nacional no valían nada; la hegemonía obrera fue horadada con una organización paralela a la Central Obrera Boliviana (COB). El rechazo al continuismo del MNR (1964), el discurso antimperialista, la lucha por la justicia social, la búsqueda de la igualdad, se tildó de comunismo; así justificaron clausurar la democracia. El fenómeno no era propio, era la estrategia norteamericana para evitar otra Cuba.
Las dictaduras se extendieron por toda Latinoamérica; dialécticamente surgió la rebelión, a esa altura era inevitable el triunfo de la revolución en Nicaragua. Carter cambió de estrategia por una democracia controlada: Banzer fue el pupilo aplicado, en 1977 convocó a elecciones, con 500 ciudadanos proscritos; la puerta entreabierta dio paso a la movilización popular que logró la amnistía general. Las elecciones de 1978 fueron fraudulentas, Julio Mancilla, presidente de la Corte Electoral, las anuló; luego se alternaron los golpes y las elecciones, hasta que, en octubre 1982, se posesionó a Siles Zuazo como presidente. Al entregarle la crisis económica, causada por el endeudamiento externo, e imponer una mayoría contraria en el Congreso, la trampa estaba armada: se le cortó el mandato. Lección: la gobernabilidad implica controlar el ejecutivo y el legislativo.
Las elecciones de 1985 las ganó Banzer con mayoría simple, el Congreso prefirió el mal menor; Víctor Paz, el creador del capitalismo de Estado, adoptó el plan de Banzer, se inició la época neoliberal, pisando principios constitucionales como la propiedad de los recursos naturales, la estabilidad laboral y el fuero sindical; el Congreso dio paso a los estados de sitio. La COB como articuladora de la relación social con el Estado fue marginada. En 1989 ganó Sánchez de Lozada del MNR; al no cumplir el acuerdo de alternancia, Banzer votó por el tercero, que era Jaime Paz. La desproporción entre la votación presidencial y de parlamentarios develó un fraude —la banda de los cuatro—; se eligió una corte electoral creíble y se buscó modernizar los partidos políticos. Vinieron los parches: diputados uninominales, papeleta única y multicolor, financiamiento y rendición de cuentas, control social, etc. Sin embargo, los que no cambiaban eran los partidos; al contrario, la fragmentación obligaba a alianzas más amorfas como la megacoalición (2002), que llevó sobre sus espaldas la guerra del gas y la crisis de los partidos.
Así los sectores sociales asumieron, otra vez, la acción política con la democracia representativa, surgió el MAS-IPSP. Su fuerza permitió cambiar la Constitución dando al Estado el rol planificador, aumentó la capacidad productiva del país; pero, políticamente convirtió a los sujetos sociales de conductores en beneficiarios y el MAS se convirtió en partido, dejando pendiente la democracia directa y participativa.
Hoy la democracia repite viejos lamentos. Un poder legislativo impedido de fiscalizar a ministros, promulgar leyes que no agradan al Ejecutivo, trancados en sus decisiones por un Órgano Judicial cuestionado; un Ejecutivo, acaparando los poderes, conspirando para vetar una candidatura; un Órgano Electoral avasallado en sus competencias por el Tribunal Constitucional que ordena parcializar elecciones nacionales, legalizar directivas de partidos políticos; se llaman a cumbres para suprimir elecciones primarias e imploran que se cumpla la ley. Como si no tuviéramos un pasado para aprender de los errores