Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: jueves 30 de agosto de 2018
Categoría: Legislación electoral
Subcategoría: Leyes nacionales y decretos reglamentarios
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Las últimas encuestas de intención de voto, incluidas las del gobierno, han puesto en evidencia que la derrota electoral de Evo Morales en 2019 es probable, si no en la primera votación, con gran margen en la segunda vuelta. Conocida por el MAS la atemorizante noticia, su reacción y respuesta fueron inmediatas: repitiendo las tácticas de la dictadura venezolana, aceleraron la aprobación de la Ley de Organizaciones Políticas, con el propósito de imponer, a través de ella, un calendario electoral imposible de ser cumplido por las fuerzas de la oposición, encubierto detrás de la obligación de realizar elecciones primarias para nominar a sus binomios presidenciales.
Veamos un calendario probable, muy cercano a lo que sucederá en la realidad, aplicando las disposiciones de la Ley del Régimen Electoral y de esta nueva ley:
Elecciones generales: 6-10-2019, con segunda vuelta el 8-12-2019.
Convocatoria a elecciones: 7-5-2019, ciento cincuenta días antes del día de la votación.
Fecha de las primarias: 6-1-2019, ciento veinte días antes de la emisión de la convocatoria a las elecciones generales.
Convocatoria a primarias: 24-9-2018, cien días antes de la realización de las primarias.
Inscripción de binomios para primarias de partidos y alianzas: 7-11-2018, sesenta días antes de las primarias.
Los nuevos partidos políticos que se encuentran recolectando adhesiones y firmas deberán entregar sus libros hasta el 3-10-2018, noventa y cinco días antes de las primarias y pocas semanas después de la promulgación de la ley.
Las alianzas políticas tendrán que ser solicitadas, como máximo, hasta el 22-10-2018, setenta y cinco días antes de las primarias, es decir, apenas 15 días antes de la inscripción del binomio.
No cabe duda, la Ley de Organizaciones Políticas, en curso de aprobación en la Asamblea Legislativa, fue concebida para precipitar el calendario electoral e impedir la articulación de las fuerzas de oposición. Vigente esta ley, sus efectos antidemocráticos serán cuando menos los siguientes:
Primero: un plus a la re-re-re-postulación de Evo Morales, aunque, hay que decirlo también, su habilitación no depende de las elecciones primarias; viene avalada por la inconstitucional y delincuencial sentencia del Tribunal Constitucional.
Segundo: las plataformas y colectivos ciudadanos, portadores de la protesta social más profunda, no tendrán ya tiempo para constituir una organización política propia, ni para concertar alianza alguna, en pie de igualdad, con los partidos que cuentan con personalidad jurídica.
Lo que el MAS desembozadamente busca es eliminar a estos nuevos actores políticos, impidiendo, por esa vía e ilegalmente, el ejercicio de los derechos políticos de libre asociación y de participación de la mayoría de la población.
Tercero: los partidos políticos habilitados para realizar sus primarias contarán con no más de cuarenta días para concertar una alianza lo suficientemente fuerte como para infundir confianza en la mayoría democrática y materializar la derrota electoral que las encuestas le vienen vaticinando a Evo. El objetivo gubernamental aquí es también claro: obstaculizar al máximo la notable agregación de fuerzas que venía registrándose entre las corrientes democráticas.
Y eso no es todo, pretenden además disfrazar este autoritario designio atribuyéndole a la Ley de Organizaciones Políticas una misión democratizadora, la que podría ser rescatada si se dejara de lado el uso táctico político que hace de ella el masismo.
Pero, debido a que no cuentan ya con la legitimidad suficiente para camuflar eficientemente sus verdaderas intenciones, dejan traslucir que en realidad es el pánico electoral, instalado en el MAS y en Evo, el que los impulsa a forzar la aprobación de esta cuestionada ley. ¡Con este proceder, empero, encaminan a Bolivia por la senda abierta por Venezuela y Nicaragua!
¿Qué pueden y deben hacer las fuerzas de la oposición frente a esta arremetida gubernamental? Tienen la palabra sus voceros para orientar a la mayoría democrática del país. Por nuestra parte, y si el tiempo nos lo permite, dedicaremos nuestra próxima columna a analizar este otro componente del tema.
Carlos Böhrt I. es un ciudadano crítico.